Capítulo 10

552 60 38
                                    

Miroku es un guardián ejemplar.

Siempre ha sido el mejor de su generación—junto con Koga—pero tenía un defecto; era demasiado noble para su posición.

Miroku no podía negar ayuda a un necesitado, su corazón dolía cuando lo trataba y terminaba llorando. Todos pensaban que era un hombre frio y cruel, pero hubo una persona que lo amo, incluso llego a saber cada secreto de él, exploro cada rincón de su mente y su cuerpo. Ellos se entregaron en cuerpo y alma...Pero, el rey los separo.

En ese momento, el guardián perdió toda libertad. Sin embargo, lucho para que le regresaran su vida—su libertad—estaba a punto de recuperarla, entonces ellos volvieron. Después de siglos, ellos volvieron a nacer y a encontrarse.

...

Inuyasha acompaño a Kagome, no quería un separarse de ella. De hecho, en ocasiones rozaba su mano con la suya, sus mejillas se calentaban pero se alegraba cuando la chica no apartaba la mano.

-¿Entrenaras?—Pregunto el peli plateado con una sonrisa.

-Sí, necesito mejorar mis movimientos de lucha. —La chica bostezo. —La siguiente semana seguiré con la espada, pero Miroku me ha dicho que el arco es mejor para mí.

-¿El arco?

Kagome asintió. —Me dijo que era perfecto para mí, sólo me ayudara a entrenar lo básico con la espada y después una de las mejores guardianas del arco, me enseñara.

-¿Kikyo?

La chica no sabía el nombre de quien le enseñaría, pero no le sorprendió que Inuyasha supiera, él estaba muy involucrado con los guardianes y de una forma le gustaba. Caminaron unos minutos más hasta llegar al patio de entrenamiento, los dos se notaban decepcionados de llegar tan pronto, pero ninguno lo admitió.

-¡Inuyasha!—Un hombre moreno agito los brazos en al aire. De hecho era mu apuesto, con su cabellera negra larga—atado con una coleta alta—sus ojos azules, piel morena y una hermosa sonrisa. Para Kagome, fue ver a un ángel.

-Hola, Bankotsu. —Inuyasha sonrió mostrando todos sus dientes. —No esperaba verte aquí.

-Bueno, Jakotsu me dejo libre por unos minutos. —Rio, coloco sus manos en su cintura y negó divertido. —Ese chico me matara algún día.

Los dos hombres empezaron a reír, menos Kagome, ella no entendía que sucedía. Inuyasha se dio cuenta de inmediato y se disculpó con su amigo, y sin darse cuenta, agarro a la chica de la cintura y la acerco más a él.

-Ella es Kagome Higurashi. —Sonrió orgulloso. —Una novata.

Bankotsu en su interior quiso gritar de la emoción por el acto de Taisho, pero se quedó callado y se limitó a presentarse; Bankotsu es un guardián de la frontera, vigila cada movimiento fuera del reino y a veces se va por meses para información que puedan ayudar al rey. Su trabajo es admirable, pero él lamentaba estar en esa posición, pues rara vez veía a su pareja y cuando regresaba de viaje, este no se despegaba de él ni un minuto, ni siquiera lo dejaba venir al palacio para ver a sus compañeros.

-¿Es tan duro cuidar la frontera?—Pregunto Kagome. Sentía una gran curiosidad.

-Bueno, no me quejo. —Bankotsu lamio sus labios. —Lo único duro es separarte tanto de tus seres queridos.

Kagome ya no estaba con las personas que más amaba, tal vez es una buena opción aspirar para ese puesto. Pero sintió una presión en su pecho, miro a Inuyasha quien seguía hablando con el hombre y sonría, se podía notar la calma que estaba sintiendo ahora mismo. Su corazón dolió, no quería dejarlo.

-Ice. —Aquella palabra hizo estremecer a Kagome, quien dejo alado sus pensamientos y prestó atención a la conversación de los dos hombres, quienes dejaron de sonreír. —Vine con noticias.

Taisho suspiro, se notaba que toda su alegría y calma, se fueron con aquel suspiro. —Bien, te acompañare con mi padre.

-¿Eh?—La mano de Kagome agarro el brazo de Inuyasha, se sonrojo al notar su movimiento. Ni siquiera lo pensó, su cuerpo actuó solo.

-¿Sucede algo, ca...Kagome?—Corrigió de inmediato el chico.

La azabache aparto su mano de inmediato y negó con la cabeza. Ya estaba odiando el hecho que su cuerpo se moviera por sí solo, no quería quedar como loca frente al chico de ojos dorados.

En ese momento—por su bien—llego Koga con dos panes en sus manos, miro con ternura a la chica y le entrego un pan. Kagome sonrió y se despidió de Inuyasha, quien le acaricio la cabeza y luego se fue con Bankotsu.

-Miroku sigue con el rey. —Sonrió el moreno. —Yo seré tu entrenador hoy.

-Me parece perfecto.

...

-¿Por qué no vino Jakotsu?—Inuyasha doblo a la izquierda, ya estaban cerca del salón de su padre.

Bankotsu lo seguía a un lado. —Quería descansar, ayer tuvo un paciente muy grave y apenas llego a la casa.

Inuyasha no pregunto más. Eran un matrimonio muy unido y los admiraba dese que los conoció, pero también eran muy reservados respecto a su vida personal y lo respetaba; sufrieron mucho cuando revelaron su relación y aunque el reino no era tan cerrado sobre el tema de dos hombres amándose, eran parte de los guardianes y eso provocaba conflictos internos. Superaron demasiados obstáculos y siguen luchando.

Cuando estuvieron frente a la gran puerta de rey, Inuyasha fue quien abrió y dejo pasar primero a su amigo, quien le agradeció, luego entro él pero no esperaba ver a su padre con Miroku.

-¿Qué sucede?—Ino no Taisho se levantó de su asiento en cuanto vio llegar a Bankotsu.

El moreno dio una reverencia. —Majestad, vengo con noticias de Ice.

Los cuatro se quedaron callados.

-Habla. —El rey ordeno. Nadie lo notaba, pero oír del amuleto de su reino, le daba escalofrió.

-Quisieron atacar el escondite. —Bankotsu trago saliva. —Movimos de inmediato el amuleto y contendimos el ataque de la nación de fuego pero, hubo muchas bajas.

-¿Cuántas?

-Al menos cien.

Se escuchó el gruñido del rey.

-He venido porque necesitamos más guardianes en la frontera y en el nuevo escondite.

Miroku observo al rey, quien debatía en su interior y a veces se podía observar como secaba el sudor de sus manos.

-Te enviare más hombres, los novatos aún no están listos y no quiero aventarlos tan pronto a ese infierno.

Bankotsu se inclinó y agradeció.

Pero Inuyasha estaba tan quieto en su lugar, su corazón latía demasiado rápido y el dolor en el pecho aumento, ¿por qué sentía que ya ha vivido algo parecido?

El rey de hielo estaba acorralado, incluso su propio pueblo estaba en su contra. No sabía qué hacer, no podía simplemente mandar al amor de su vida al infierno. Pero tuvo que hacerlo cuando más persona murieron...Abandono a Higurashi en el campo de batalla y lloro todas las noches.

Trilogía ICE (ICE GOD) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora