Capítulo 13

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¡Lo siento! Me tardo años en actualizar este fic pero....En serio, me cuesta trabajo escribir acción...No puedo creer que sera una trilogía...Raios.

Raios

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Kagome no estaba lista para luchar, ni defender a unos de sus compañeros ¡carajo! Ni siquiera estaba lista para agarrar el arco y apuntar a ese gigante. Sin embargo, lo hizo y ahora estaba corriendo para no ser garrada por esa bestia, incluso su compañero, aun herido, la siguió hasta una esquina cerca de los dormitorios. Los dos se miraron exhaustos, con sudor recorriendo su frente y su respiración agitada. No podían correr o pedir ayuda, lo estaban buscando y sabían que no los dejarían hasta matarlos.

Kagome miro sobre el hombro de su compañero y comprobó que el gigante seguía buscándolos pero ahora, también se unía un soldado de fuego. Y aunque nunca había visto uno, el escudo que adornaba una parte de su pecho, confirmaba que era un habitante de aquel reino.

-¿Qué haremos?—Susurro el chico, se notaba en su voz el miedo que sentía.

-No sé. —Kagome dejo de observar a sus atacantes y miro a su compañero. —Pero debemos escapar hasta que llegue a nuestro rescate.

-¿Estás loca?—Limpio las lágrimas que ella no noto, trago saliva. —Ellos no les importa si vivimos, lo único que importa son los nobles.

-Pero nosotros somos...

-¡Idiotas, no somos nada!—La interrumpió. El grito fue lo suficiente alto para que las dos entidades descubrieran su escondite, el chico cubrió su boca y empezó a llorar. Kagome maldije en voz baja, jalo a su compañero—sin importarle su herida—y lo coloco detrás de ella.

El primero en avanzar fue el soldado de fuego, sonreía como si hubiera encontrado oro, silbaba con alegría y movía sus manos al ritmo de la canción que se encontraba en su cabeza.

Kagome tenía que pensar en algo rápido, sólo le quedaban cuatro flechas y era obvio que no funcionaría contra ellos. Apenas aprendió algunos movimientos con la espada pero, ni siquiera cargaba con una.

-Hola, novatos. —El hombre era alto, piel pálida, ojos oscuros y cabello rojo. Sus dientes eran perfectamente blancos y un lunar adornaba su nariz; sí, era apuesto, incluso más que Inuyasha pero sólo le ocasionaba horror a la chica.

Los dos empezaron a temblar.

...

Miroku alcanzo a proteger a Sango, quien estaba herida de su brazo derecho.

-¿Estás bien?—Reviso su cuerpo, le dolía verla lastimada. —Debes ir con Jakotsu, abrió una pequeña tienda para los heridos.

-Sí. —Señalo con la cabeza a Koga y Kikyo que caminaban hacia ellos. —Pero primero debemos ir por Kagome.

¡Claro! Miroku dejo de asegurarse que la chica estaba bien y pregunto la ubicación de su alumna.

...

El ardor volvió cuando sintió la palma de aquel hombre impactando en su mejilla.

-Muy bien. —El soldado de fuego se apartó y miro al chico que estaba detrás de ella. —Qué hombre.

Kagome quería gritarle, darle a entender que no podía venir y hacer un desastre en el lugar, menos cuando era obvio que ellos no ganarían esta pelea. El ejército ya estaba actuando y eso se podía notar, ya no se escuchaban los gritos ni los ataques, todo era completa tranquilidad.

-Te van a encontrar, ¿cierto?—Sonrió Kagome.

Otro golpe en su rostro. Esta vez escupió un poco de sangre.

Ella nació para ser el escudo del reino.

Visualizo sus flechas a pocos centímetros de ella, ¿estaba bien? Podía morir intentándolo pero, ¿acaso no es mejor que morir rindiéndose? Ella no sabía dónde sacaba todas las fuerzas para seguir luchando, sin embargo no le dio mucha importancia y cuando noto que el soldado estaba distraído, con un movimiento rápido tomo una de las flechas y se la clavó en el muslo del contrario.

El gigante se alarmo y camino hacia ellos, pero no tuvo la suficiente rapidez antes de que Kagome de nuevo tomara su arco y lanzara la flecha directo a un ojo. Los dos enemigo gritaron de dolor, el más grande dio pasos hacia atrás intentado quitarse el objeto, mientras que el de fuego se lo quitaba y miraba con furia a la chica.

-¡Hija de perra!

...

Su pecho dolió. Dio pasos hasta llegar a una silla y se sentó, llevo una de sus manos al lugar que sentía una presión y sin poder evitarlo, lloro.

-¿Inuyasha?—Su padre se levantó de inmediato y se arrodillo hasta donde se encontraba su hijo. —Inuyasha, ¿qué sucede?

El chico negó con la cabeza, de nuevo sintió aquel dolor y fue lo demasiado fuerte para que se retorciera en su lugar y dejara salir un grito.

-¡Llamen a un médico!—Ino no Taisho no lo entendía, no lograba pensar en una razón para que el menor sintiera aquello, pero no dejaría que siguiera en aquel sufrimiento.

Ellos se amaron en la otra vida, y aun cuando sus almas renacieron...Nunca se perdió aquella conexión que los unió para siempre.


¡Lo sé! muy corto :c lo siento

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¡Lo sé! muy corto :c lo siento. Lamento que avence tan lento y tedioso, pero me es difícil llevarlos donde yo quiero.... O al climax de esta primera parte.

ADVERTENCIA: MUERTE DE UN PERSONAJE EL PRÓXIMO CAPÍTULO.

¡Oh! también quiero agradecerles por seguir leyendola...aunque me tardo años en actualizar :c espero que les guste el capítulo...o al menos no lo tomen tan tedioso...O cosas asi, espero mejorar más :3

Los jamo con quesito <3

Trilogía ICE (ICE GOD) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora