Capítulo 9

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Jurar a un Taisho.

Kagome se quedó tan quita, tratando de controlar el dolor en su pecho que se presentó en el instante que Sango menciono aquello. No entendía el porqué de su frustración, ni siquiera comprendía aun la gran conexión que tenía con Inuyasha Taisho, pero en definitiva no le gustaba.

-¿Sucede algo?—Sango trato de tocar el hombro de la chica, peor ella se apartó de inmediato. —Bien, no te tocare.

Kagome quería disculparse, pero en su interior no lamentaba apartarse. Trago saliva y sin avisarle a su compañera, salió del gimnasio casi corriendo y su mano en el pecho.

...

-Mamá. —Inuyasha miro el espejo que colgaba en una pared frente a ellos, pudo distinguir las diferencias entre los dos. Su madre ya tenía canas, revelando que estaba envejeciendo, aun así sus ojos cafés se mantenían cálidos y hermosos. —Hoy te ves espectacular.

La mujer sonrió y acaricio la mejilla de su hijo, amaba la manera en que Inuyasha se dejaba consentir por ella; en la mayoría del tiempo, él estaba siempre en guardia o estresado por algún asunto del reino. Le dañaba que su amado hijo se encontrara en esa situación, pero el rey de hielo le dejo en claro que era necesario para su formación. Era claro que ella era humana, y aunque el rey le diera un poco de su magia para vivir más tiempo que otros, ella sabía que iba a morir pronto y dejaría solo a Inuyasha.

-Amor. —Izayoi dejo de acariciar la mejilla de su hijo. —Necesito hablarte sobre algo.

Él presto atención a su mamá; ella siempre venia cuando un asunto lo involucraba y por su mueca de preocupación, sabía que era muy grave. Le dijo que continuara.

-Tu padre y Sesshomaru me han dicho sobre la novata.

-¿Y?—Inuyasha agarro las manos de su mamá y sonrió. —Creo que ya se había resuelto ese tema.

-Pero. —Trago saliva, estaba nerviosa con sus siguientes palabras. —Estoy preocupada. El rey sigue dándole vueltas al asunto.

-Mamá. —Inuyasha trato de sonreír más, aunque sus mejillas ya dolieran. —Estoy bien.

Izayoi suspiro, no le iba a ganar a su hijo. Le dio un pequeño beso en la frente y se levantó para irse de la habitación, aún estaba esa inquietud, pero creía en las palabras de Inuyasha.

Cuando su mamá salió, se levantó de su cama y se tallo el rostro cansado. No tenía idea si todo estaría bien o si él estaba bien, de hecho no le importaba mucho, pero ver la preocupación en los ojos de su ser más querido, le angustiaba demasiado para ignorarlo.

Agarro su abrigo y salió del cuarto. Quería despejar su cabeza y pensar muy bien en su siguiente movimiento, debía ser muy cuidadoso, la vida de ambos estaba en juego.

Se transformó en lobo y corrió hasta el lugar; donde por primera vez conoció a Kagome y se complicaron las cosas, pero en el fondo de su alma, no se arrepentía de nada. Incluso cuando los dos están en peligro por su idiotez de darle de su sangre, no podía arrepentirse y desear nunca haberla conocido; Ver su cabello azabache con una coleta, su sudor recorrer su frente y aquellos ojos cafés que brillaban, era su placer.

Visualizo el lugar desde lejos y también noto un invitado. De inmediato volvió a su forma humana y camino hasta notar a la persona que estaba mirando el cielo. Grata fue su sorpresa al ver a Kagome; donde se encontraba podía admirar el perfil de la chica, notar la nieve caer en su cabello y sus sonrojadas mejillas. Su corazón latió más rápido.

Trilogía ICE (ICE GOD) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora