Lo escribiere antes de continuar con el final de esta historia. Muchas gracias por apoyar este proyecto, por estar aquí el final, por comentar y votar.
¡Espero que disfruten lo último! Es corto pero creo que esta bien.
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Miroku me coloco atrás de él, me protegía de los guardianes que corrían de un lado a otro y trataban de llevarse a los novatos para ser los primeros en morir. Alado de nosotros, se encontraba Jakotsu con su bata de doctor y una carpeta con mis datos.
-Higurashi, necesito que vengas para revisarte. —Agarro mi mano y me llevo dentro de la pequeña carpa de médicos. Sólo se utilizaba para revisarnos antes de continuar el viaje para el centro de la batalla.
Me enderece y deje que revisara cada parte de mi cuerpo, incluso mis piernas que fueron víctimas de un ataque sorpresa hace dos días. Aun podía sentir las llamas en ellas.
-Están curando muy bien. —Con suavidad toco mi parte dañada. —La quemadura no fue tan grave.
-No, aun puedo pelear. —Asegure de inmediato.
Jakotsu asentó con la cabeza. Se levantó y anoto cosas en su cuaderno, miro por sobre tu hombro y llamo a unos de sus ayudantes, me dejo ir y siguió revisando a otros guardianes.
Miroku estaba fuera de la carpa junto con Koga y Kikyo, los tres me miraron y suspiraron. Llevamos una semana caminando para llegar al punto de encuentro y aunque no hemos estado en la batalla principal, somos vulnerables a ataques de los soldados de fuego.
-¿Cómo sigue tu herida?
-Bien, ha mejorado.
Koga me abrazo y acaricio mi cabello, trataba de asegurarse que realmente estaba bien. Kikyo suspiro y también su unió al abrazo, mientras que mi entrenador sólo nos miraba.
-¿Cuánto falta para llegar? —Sango llego con nosotros.
-Dos días más. —Miroku le contesto.
-Vaya, que largo viaje.
No dije nada y me quede viendo el paisaje, el bosque era realmente hermoso con la nieve y la pequeña luz del sol que se filtraba era un toque mágico.
Extrañaba a Inuyasha, realmente lo echaba de menos pero saber que él mismo me lanzo a esta guerra sin estar lista, me decepciono hasta un punto pero trataba de entenderlo.
-¡Soldados de fuego!—Un guardia grito.
Voltee a mi costado y observe las aves de fuego acercándose a toda velocidad a nosotros. Di pasos hacia atrás, las imágenes del ataque anterior vinieron a mi cabeza y el temor invadió todo mi cuerpo.
-¡Kagome!—El grito de Koga se escuchó pero fue demasiado tarde.
