Ayer se fue la luz en mi casa toda la noche, pero la ventaja aquí es que pude escribir sin distracciones :3 espero que les guste.
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La flecha dio justo en el centro.
Kikyo Koga e incluso Kagome, se quedaron viendo con los ojos muy abiertos y las ganas de hablar por lo ocurrido, pero ninguno pronuncio palabra. La novata bajo el arco y volteo a ver a su instructora, quien sólo alzo su pulgar en forma de aprobación y la felicito.
-Eso fue sorprendente, ¿alguna vez habías lanzado una flecha?—Pregunto con curiosidad. Kagome negó con la cabeza varias veces y miro una vez su logro. —Entonces, es un don natural.
El moreno, quien seguía sin creer lo que había pasado, corrió hasta Higurashi y le dio un gran abrazo, felicitándola por ser un genio—mejor que Kikyo—y auto clamándose como su fan número 1. Los tres rieron por sus ocurrencias y siguieron practicando, aunque la maestra pensaba que no era necesario.
...
Inuyasha miro a su hermano mayor, luego a Miroku y finalmente a su padre. No entendía el asunto importante que los convoco a todos en el mismo lugar, pero cuando apareció Bankotsu junto con Jakotsu, presintió que las cosas estaban muy mal.
-Bienvenidos. —El rey de hielo los recibió.
-Majestad. —Los dos hombres se inclinaron ante el rey.
Inuyasha se cruzó de brazos y espero la larga plática que le esperaba. Fuera lo que fuera, Bankotsu no tenía una expresión que daría buenas noticias, mientras que Jakotsu se movía nervioso.
-¿Qué sucede?—El guardián habló, haciendo que todas las miradas se dirigieran a la pareja.
-ICE. —Bankotsu suspiro. —Mientras que transportaban el amuleto a su nuevo escondite, fueron atacados y. —El hombre miro a su pareja, quien agarro su mano y le sonrió. —El amuleto está intacto, pues el poder en su interior lo protegió, pero eso fue una advertencia.
-¿Advertencia?—Sesshomaru miro a Bankotsu, apoyo su codo en su muslo y recargo su mejilla en su palma. — ¿Cuál advertencia?
-Se avecina una guerra.
....
Kagome practico un poco más, incluso Koga le ayudo con algunas posiciones que no estaba realizando bien. Kikyo les permitió un descanso de cinco minutos antes de continuar con otra lección, al menos le podía dar consejos al estar frente a una batalla.
-Estoy muy cansado. —Koga recargo su cabeza en el hombro de la novata. —Kikyo es muy intensa.
-Te escucho, idiota. —La mujer tomo su botella de agua y bebió un poco.
Kagome rio. Estaba muy emocionada por las nuevas cosas que su maestra le podía enseñar, era como si toda su vida hubiera usado el arco.
-¿Qué...?—Sus palabras fueron calladas por un gran ruido que hizo saltar a los tres presentes. Voltearon a una dirección en específico y se podía notar un humo denso y enseguida gritos de los guardianes. Koga de inmediato se levantó y ayudo a Kagome, mientras que Kikyo agarraba su arco y algunas flechas.
