Capítulo XIII: Roy, El Rey Del Eter.

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–Un Día antes de raptar a la reina–

–Las tropas están listas para salir, señor–

–Muy bien, pronto pondremos en marcha nuestro plan– comento Roy.

–Señor– dijo Darlik –El día de hoy nos acercamos hasta el Lago Lya, estamos pensando, en colocar junto al lago un cuartel, que estará unido, con el Lago Lya y el Bosque rojo, señor–

–Muy bien– contestó –¿Cómo va el ejército? – preguntó.

–Muy bien señor, esta mañana atacamos a cinco aldeas y todos los hombres y mocosos se unieron a nuestro ejército– Contestó –Aun estamos trabajando para capturar a los rebeldes–

Ambos caminaron hacia la sala principal donde los esperaba todo un ejército de hombres de la república Ignis.

–Prepárense, porque el día de hoy, vamos a emprender nuestro camino, a la isla S7– grito a todos, –Todo aquel que se niegue, será ahorcado en mis calabozos, ¿alguna duda? – preguntó. –Darlik–

–¡Muévanse! – grito. Todos comenzaron a salir rápidamente en formación de la habitación.

–Darlik– dijo Roy – Llévalos al frente de batalla, yo tengo que hacer una parada, después los veré ahí–

Todos salieron de ahí, a excepción de Roy, que se dirigió a la parte de atrás del castillo. Ahí estaban dos personas de baja estatura.

–¡Guro! ¡Garo! – grito mientras los pequeños hombres se acercaban a él.

–Señor– dijeron los dos.

–Vengan conmigo, tenemos un trabajo que hacer– dijo Roy.

–Si señor– contestaron los dos.

En el pueblo Reca, todos se encontraban muy bien, los hombres trabajaban en el campo, las mujeres ayudaban en la casa y los niños corrían de un lado a otro. En el mercado se vendían todo tipo de frutas y verduras, pescado y carne. Los habitantes estaban tranquilos y contentos. En ese mismo lugar, había una mujer que, según ella, tenía todo tipo de poderes, pero no le iba muy bien, su nombre era Uribella.

Ese mismo día, Roy llegó a la aldea, buscando el paradero del anillo de Ventus. Mientras caminaban por el pueblo, los tres, se dirigían a la única cueva que estaba cerca y que, según él, era donde se debería de encontrar el anillo.

Tras haber recorrido el pueblo, con muchas miradas extrañas, y pasar por los campos de cultivos, llegaron a la cueva en la que estaba el anillo.

–Señor– dijo Guro, –¿Qué estamos haciendo aquí?– preguntó Garo.

–Necesito encomendarles una misión, para eso estamos aquí– contestó Roy.

Llegaron a la cueva y Roy notó que esta estaba protegida por un campo de fuerza. Se acercó a la entrada de la cueva y cuando estaba enfrente, dio un golpe, lo cual provocó que el campo se rompiera. Un ruido estruendoso se escuchó en todo el lugar, un rayo callo y el campo desapareció.

–Acompáñenme– dijo Roy a Guro y a Garo.

Estos entraron detrás de él y comenzaron a bajar escaleras y dirigirse hacia la primera habitación. Al final de las escaleras llegaron a esta, era circular, en el fondo tenía una puerta, y en el centro, tenía una compuerta que llevaba a un segundo nivel. Mientras Guro y Garo fueron a abrir la puerta, Roy abrió la compuerta que estaba en el centro, entró en ella y en el fondo estaba un ave dorada. Roy sin darle importancia, camino hacia ella, estaba dormida alrededor del pequeño pilar en el que estaba el anillo. Se acercó a él y lo tomó por el cuello, a lo cual el ave comenzó a moverse de un lado al otro, cerro el puño y tiro un golpe a la cabeza, pero antes de que la tocara, el ave brillo y desapareció de la habitación convirtiéndose en polvo que terminaría desapareciendo totalmente.

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