Capítulo IX: La Cueva y El Éter.

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A la mañana siguiente, Lexus se despertó antes que todos y con un fuerte dolor de cabeza. Observó a sus amigos, Tai, Vylette, Bridgette y Dee, que se encontraban mal heridos. A su lado, estaba Nassa, que toda la noche estuvo cuidando de ellos sin que nadie se lo pidiera. Caminó hacia las afueras de la cueva y el sol golpeo su cara.

–Te dije que tu camino iba a ser el más difícil– dijo una voz detrás de él, Rodavlas había aparecido de la nada.

–Mis amigos están muriendo por mi culpa– dijo Lexus mientras veía el amanecer.

–Muchas veces tenemos que hacer sacrificios, que no queremos aceptar– dijo Rodavlas.

–Necesito encontrar la forma de ayudarlos, no puedo dejarlos así– dijo Lexus mientras se giraba hacia él.

–De verdad quieres salvar a tus amigos ¿eh?, pues voy a contarte algo– dijo Rodavlas mientras se acercaba a él –Lo que les pasa a tus amigos es producto de un veneno muy poderoso. Este veneno, destruye tu cuerpo desde adentro, atacando tu corazón. De alguna forma, Roy logro que tus amigos lo tuvieran dentro del cuerpo, posiblemente con esas armas que tu encontraste– Lexus recordó aquel par de espadas que había encontrado a mitad de la habitación donde estaban sus amigos.

–¿Cómo puedo ayudar a mis amigos? – preguntó.

–En la isla S7, existen unas montañas y ahí hay una cueva en la cual se generan rocas, las cuales permiten la creación de este veneno– dijo Rodavlas –Ve ahí y posiblemente encontraras la forma de salvar a tus amigos–

–¿Usted cree que estamos haciendo lo correcto? – preguntó nuevamente.

–Tú y tus amigos van por buen camino, pero más temprano que tarde, tendrán que enfrentar su destino– contestó.

–¿A qué se refiere? – preguntó. Rodavlas continúo caminando y dejo a Lexus atrás.

–Lo sabrán en el momento indicado– dijo. Lexus se giró y ya no había nadie, se había esfumado como el aire. El sol había terminado de salir y escuchó como algunos de sus amigos se estaban despertando. Decidió regresar para platicar de lo que había pasado y desayunar la deliciosa comida de Osu.

–No vas a ir solo– dijo Nassa después de que les explicara lo que tenían que hacer.

–Es mi responsabilidad, casi mueren por mi culpa– dijo Lexus, –Y no quiero que tengan problemas nuevamente –

–Vamos contigo– dijo Osu.

–No pueden, ustedes tienen que asegurarse de que ellos estén bien– contestó.

–Somos bastantes, podemos acompañarte y al mismo tiempo los demás pueden quedarse aquí a cuidarlos– dijo Kanon.

–Vamos a hacer una cosa– dijo Nassa mientras se ponía de pie, – Kanon, Osu, Cho, Suby y Niel pueden quedarse aquí a cuidar a los demás, Lexus, Xila, Lyn y yo, podemos ir a buscar lo que necesitamos–

–¡Sí! – dijo Xila, – nosotras podemos ayudar– continuo Lyn.

–Está bien, pero si yo digo que se vayan, se van, ¿Esta claro? – dijo Lexus.

–No voy a dejarte solo– dijo Nassa. Los chicos se vieron y tomaron sus cosas para emprender el viaje.

–Van a tener que atravesar el Bosque Aloc ¿Verdad? – dijo Cho.

–Creo que si– contestó Lexus.

–Ahí está mi hermano Kalhum, simplemente díganle que son mis amigos y no les estorbara–

–Muy bien, ¿Están listas? – preguntó Lexus.

–Si– contestaron las tres chicas.

–Muy bien, es momento de irnos– dijo Lexus. Todos tomaron sus cosas y emprendieron su camino. Caminaron en dirección al Puerto Yrra, dejando atrás las Montañas Zenun.

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