Capítulo XVI: El Verdadero Poder.

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Más tarde ese mismo día, se encontraban todos juntos en la casa del padre de Suby, este les había dado acilo por lo que restaba del día y la noche.

–Quién diría que nos tendríamos que enfrentar a alguien tan poderoso– dijo Nassa mientras limpiaba las heridas de Lexus.

–Y todo por una tontería– dijo Kanon. – discúlpenme chicos...–

–No es tu culpa– interrumpió Lexus haciendo muecas.

–No vayan a empezar con esas cosas – interrumpió ahora Nassa. – Ahora tenemos que descansar, mañana será otro día–

Todos se quedaron callados y escucharon a Osu que ya estaba roncando, Nassa sonrió y se acostó a dormir a lado de Lexus. A la mañana siguiente, Lexus, Nassa y Kanon, despertaron y notaron que Osu no estaba, pues este se encontraba en la cocina junto con el padre de Suby cocinando el desayuno.

–¡Oh! Buenos días chicos– dijo el padre de Suby mientras veía que todos entraban a la cocina. –Vengan a desayunar–

Todos se sentaron en la mesa y entre pláticas y rizas comenzaron a desayunar. Al terminar, el padre de Suby vio la ropa que traían los cuatro, desgarrada. y algo sucia, así que ofreció darle un poco de ropa a cada uno. Después de darse un baño, todos llevaban un pantalón negro y zapatos cafés, pero una playera de color diferente, Nassa traía una blanca y tirantes, además, su cabello rojo estaba suelo.

–Me queda un poco chico... pero me queda bien...– dijo Nassa.

Kanon traía una playera de color café.

–A mí me gusta– dijo Kanon mientras se arrancaba las mangas.

La playera de Osu era de color azul celeste.

Lexus contaba con los mismos zapatos negros y con una playera de color rojo, además de que traía un par de muñequeras.

–Le agradecemos mucho lo que ha hecho por nosotros señor...– dijo Lexus.

–Oh cierto, nunca nos presentamos verdad huahua, mi nombre es Alem– dijo mientras se ponía de pie para darle la mano a los chicos. –Espero y acaben con esta guerra, ustedes son los únicos que pueden hacer esto, así que den todo de ustedes...– dijo con una sonrisa.

–Nos vemos después señor– dijo Nassa, –Gracias–

–¿Cómo te sientes? – le preguntó Kanon a Lexus mientras caminaban.

–Estoy bien, gracias, ¿Y tú? – preguntó.

–Me duele la espalda un poco, pero todo está bien– contestó Kanon.

–¿Qué hay que hacer ahora? – preguntó Osu.

–Tenemos que regresar al templo con nuestros padres– dijo Nassa.

–¿Cómo llegaremos? – preguntó nuevamente Osu.

–Tenemos que ir al puerto, Finn esta lastimado y no podemos pedirle ayuda– dijo Lexus.

–No se preocupen por eso– dijo Osu –Hay que llegar a la orilla del mar–

Todos continuaron caminando hasta que llegaron a la playa.

–¡Regim! – grito Osu, mientras de la nada, Regim, el guardián de Osu, salió del mar.

–Necesitaremos que nos llevas al templo con nuestros padres– dijo Osu.

Regim se acercó a ellos hasta la orilla y todos subieron a su lomo para emprender su camino hacia la isla donde se encontraba el templo del Albor. Osu sobre de la cabeza de Regim, dirigió durante todo el camino. Al llegar, observaron como el templo se veía a lo lejos.

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