Mi Destino Eras Tu

CAPÍTULO 37

Un relámpago se escuchó fuertemente, acompañada de la fuerte lluvia que golpeaba la ventana de la habitación, una que se encontraba en completo silencio y lo único que podías escuchar eran las respiración de tres personas y entre ellas la mía. Mi pulso se había detenido por completo, mis manos se sentían temblorosas y mis piernas no me respondían, tenía la mirada clavada en la pistola sujetada por Dodorian a unos cuantos pasos míos, parado con las ropas mojadas en la entrada de su habitación. Zarbon también estaba completamente inmóvil pues no le había escuchado una palabra o exclamación de asombro después de que Dodorian nos asustara con su presencia. Un estruendo más fuerte logro que todo el miedo se apoderada de mi cuerpo y un escalofrió nada bueno me recorriera mientras mi piel se ponía de gallina.

—Querido primo de vedad creíste que no me supondría esto — se carcajeo con una riza siniestra jugando con la pistola entre sus manos — De verdad creyeron que no me daría cuenta ¿acaso me crees lo suficientemente tonto como para exponer nuestro pasado de una forma tan fácil —

—pero…. Pero como — no pude evitar que mi voz saliera temblorosa si estaba muerta del miedo, sea lo que sea que digamos, esto no era bueno y no acabaría bien

—Te creía un poco más lista —sonrío satisfecho —Mi departamento tiene cámaras por razones que dejo a tu imaginación ya que es algo a lo que estas familiarizada en el pasado — como olvidarlo, si en ese entonces mi vida alado de cualquiera de ellos era firmada en cualquier momento, las citas, los encuentros, las pláticas, el hotel, la habitación, la intimidad, todo era una función de cine para ellos, lo cual que me lo restregara en la cara lo hacia aun mas humillante de recordar

—Nos viste — me rendí ante lo obvio, el sonrío de nuevo satisfecho de que me dejara de rodeos, Zarbon aún no decía nada, seguía intacto, parado con la vista en la pantalla de la televisión

—A ti y a tu amigo el gordo merodeando y ultrajando todo mi departamento, por supuesto que sí y lo mejor aún está grabado ¿sabes que el allanamiento de morada es un crimen, podrías ir a la cárcel por eso — se estaba divirtiendo y lo odiaba por eso, todo lo tenía a su favor, apreté mis puños en coraje y trataba de tragarme mi rabia lo más que podía pero no estaba funcionando y provocarlo con un arma en la mano y nosotros sin nada no era lo más listo que aria en la noche

—Así y tratar de violar, acosar, sobornar y destruir la vida de los demás ¿no es malo?, no crees que eso es lo suficientemente Horrible y psicópata para merecerte unos infinitos años en prisión —Rechine mis dientes furiosa por más que trataba de controlarme no lo lograba estaba hasta el tope con todo esto.

—Bulma —me susurro suavemente Zarbon sabía que era un advertencia para que me calmara y tratar de salir bien de esta.

—Pero valla, el niño si tiene voz— se burló Dodoria — Ya creía que no tenías los suficientes para hablar — dijo haciendo un movimiento grotesco cerca de sus pantalones

—De hablar se trata cierto, entonces hablemos, porque esta situación ya se nos salió de las manos a cada uno de nosotros —Dijo Zarbon y me sorprendía la tranquilidad en la que se encontraba

—Bien, te escucho — dijo avanzando pasos adentro de la habitación y sentándose en una silla negra de escritorio pero sin dejar de tener el arma apuntada entre nosotros dos

—Ni a ti, ni a ella y sobre todo a mí, no nos conviene que la verdad salga a la luz, ya que estaríamos en graves problemas por diferentes cosas, tu trataste de violarla, yo de matarte y ella profano tu casa, pero de los tres, tu y yo querido primo somos los que tendrá la sentencia más larga, sumando nuestros antecedentes que ya conocemos y que hay videos pornográficos de cada chica que humillamos entre otras cosas, no nos conviene ir a jurado, tal vez ella pase un tiempo o solo le pongan un castigo por ser un crimen menor y hasta absurdo, no se tu pero yo no pienso pasar el resto de mis días en cuatro paredes encarceladas— explico con completa calma calculada.