Capítulo 15

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Kyle

Durante la sesión de aquel día hablamos de mi vuelta a casa, de como me sentía, si el cambio de escenario me había traído nuevas sensaciones o recuerdos y si tenía miedo de volver al instituto en una semana. La verdad es que no estuve muy atento a las conversaciones con la psicóloga aquel día, ya que mi mente estaba junto con Manu y Celia, ansioso por verles de nuevo. 

-Kyle, por favor necesito que te concentres.-me dijo sofocada al ver que no la hacía ni caso.

-Lo siento mucho, doctora. Pero es que es la primera vez que vuelvo y estoy entusiasmado por ver a mis amigos de nuevo, perdón-me disculpé con toda sinceridad. Si algo había aprendido en aquella habitación es que no hacia falta mentir, ella no te juzgaba y nunca te criticaba. 

-Esta bien, mira aun quedan 40 minutos de sesión-dijo mirando a su reloj de pulsera- que te parece si aprovechamos estos últimos 20 minutos al máximo y si estas concentrado y conseguimos avanzar un poco, te dejo salir y saltarte la mitad del tiempo que nos queda.

Acepté sin dudarlo y traté de concentrarme en lo que decía la psicóloga. 

-Bueno, como te iba preguntado, ¿has vuelto a recordar algo?

Iba a contestar que no a la pregunta, pero entonces recordé lo que pasó el primer día que puse un pie en mi habitación.

-Sí.

-¡Genial! Hablame sobre ello.-dijo y se preparó para comenzara escribir en su libreta. 

-Fue el mismo que día que llegué. Al entrar en mi cuarto millones de sensaciones me llenaron la mente. Pero, de repente todo se tranquilizó y reviví un recuerdo. Yo tendría unos 10 años, era la primera vez que veía aquella habitación. Me resulta extraño, supongo que sería porque nos habíamos mudado o algo así recientemente. 

La psicóloga dejó de escribir y me miró fijamente. Su cara era de sorpresa y parecía que fuera a decir algo importante, pero finalmente optó por no hacerlo.

-Bueno Kyle, creo que hemos avanzado. ¿Sabes donde puede estar tu madre?

-Ni idea, seguramente haya vuelto a casa y vendrá a buscarme justo antes de cenar. 

-Vale, podrías darme su teléfono en un momento, después te podrás marchar con tus amigos.

-¿Ya? Aún no han pasado los 20 min.

-o importa, creo que es suficiente por hoy.

-Vale, el teléfono de mi madre solo tiene que pedírselo a un médico y se lo proporcionará enseguida.- dije y me levanté de la silla dispuesto a salir de allí.

-Espera, prefiero que me des tú el número, ya que de esa manera tardo menos.

.De acuerdo.dije algo molesto y cogí el móvil de mi bolsillo. Desbloqueé la pantalla y entré en contactos. Busqué el número de mi madre y se lo dicté. Una vez hube acabado me dejo salir tras despedirse de mí.

Recorrí los pasillos eufórico, saqué el teléfono de nuevo y llamé a Celia. Nada más sonó el segundo pitido oí su voz.

-¿Diga?

-Celia, ¡ya he salido! ¿Dónde estás?- le grité emocionado.

-En el patio con Alana.-me respondió ella y la colgué.

Bajé las escaleras saltando y casi tropiezo, pero aun así no me paré y seguí corriendo. Salí del edificio para encontrarme en la cancha de baloncesto. Observé a mi alrededor ,hasta que visualicé a la chica que estaba buscando. No tardé ni un minuto en encontrarme frente a ella y abrazarla con fuerza. 

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