Capítulo 18

11 2 0
                                    

Kyle

-Lo...lo si-siento...-me disculpé como pude al recuperarme de la sorpresa.

-¿Qué haces aquí?-me preguntó ella aún en estado shock.

-Esta... en el horario dice que es mi clase...

-No puede ser, ¿tú eres el nuevo del que nos hablaron ayer?

-Supongo...

-No puede ser...-murmuró antes de irse por el pasillo en la dirección opuesta a la que era la clase.

Cuando ya la perdí de vista entré en clase. Las mesas estaban colocadas en tres filas y de dos en dos. Ya se habían formado grupitos en las mesas de atrás y en las de delante había solo un par de personas con los libros abiertos echando algún repaso a un examen que tendrían ese día o tratando de hacer los deberes a última hora. El profesor no tardó en llegar y nos ordenó que nos sentáramos cada uno en nuestros respectivos sitios. No sabía que hacer y me quedé como un pasmarote en el medio de la clase.

-¿Eres tú el nuevo?-preguntó el profesor.

-Si...señor-respondí algo avergonzado y notando las miradas de todos evaluándome lentamente.

-Siéntate al lado de Sara.- me dijo señalando a una chica de cabello castaño y ondulado que le caía desordenado por los hombros.

Tenía los ojos grandes y una cara redondita y dulce. Llevaba unas gafas negras y estaba algo morenita. Llevaba una camiseta negra ancha que hacía que sus brazos parecieran más delgados de lo que realmente eran. También llevaba unos vaqueros azules que acababan en unas convers oscuras. Cuando me senté a su lado me sorprendió que no me mirase con la mirada y me evaluase como habían hecho el resto cuando había pasado a su lado.

-Mi mesa, tu mesa. No me gusta que invadan mi espacio.-dejó claro en el momento en el que me senté en mi silla.

-De acuerdo...

-Bueno silencio todos- sentenció el profesor. Comenzó a explicarnos la aburrida biografía de un aburrido autor del que ni me paré a escuchar su aburrido nombre.

-Oye, ¿has visto a Naiara? Es una chica de ojos preciosos, de tu altura más o menos y con mechas azules. Salió justo cuando entraste en clase y me sorprende que aún no haya vuelto del baño.  Esta es una de sus asignaturas favoritas.

-Sí, me suena.-mentí. No volvimos a dirigirnos la palabra en el resto de la clase.

-Para la mañana quiero que hagáis un poema en el que expreséis vuestra tristeza. Todos somos infelices alguna vez y la mejor manera de liberarnos y aflojar la carga es plasmarlo y desahogarnos en papel y tinta.- sentenció y justo al acabar de hablar la campana sonó, provocando una oleada de ruido y movimiento.

Yo recogí mis cosas con calma y en silencio. Fui el último en salir de la clase y al cruzar la puerta me volví a cruzar con Naiara, pero esta vez por suerte no chocamos.

-¿Qué haces aquí? Me ha preguntado una tal Sara que porque no has venido a clase...-me atreví a preguntarle.

-Estaba liada, solo he venido a recoger mi mochila.- entró en la clase y al minuto salió con una mochila morada que estaba completamente pintarrajeada con permanente. Me fije y supuse que los dibujos los habría hecho ella, eran realmente increíbles.-¿Qué te toca ahora?

-Inglés-le informé en cuanto saqué mi horario del bolsillo y le eché un vistazo.

-Yo también, aunque no me sorprende, si nos ha tocado la primera hora juntos lo más seguro es que nos toquen casi todas en la misma clase.

Comenzamos a andar sin decir nada, tampoco es que hubiera ningún tema de conversación del que hablar.

-¿Por qué nunca contestaste a mi último mensaje?-la acusé al final.

-No estaba de humor para hablar con nadie, y después simplemente pase del tema.

-No pareces la chica del parque...

-¿A qué te refieres?

-Ella parecía alegre...-nada más esas palabras salieron de mi boca me arrepentí de haberlas pronunciado. Ella se limitó a mirarme y a ignorar mi comentario. Nada más cruzar el pasillo me indicó que esa era el aula de inglés. 

Allí nos sentábamos en filas de uno en uno ya que, según lo que me había contado él que se sentaba delante mío, según la profesora hablábamos demasiado cuando nos ponía por parejas. La clase paso en calma, hicimos unos ejercicios de escucha y un poco de gramática y vocabulario de la unidad en la que nos encontrábamos. Así continuó el día, en calma, una clase tras otra, en silencio, en aburrimiento y añorando la libertad que hacía un día que se me había arrebatado. En casi todas las clases coincidí con Naiara, pero no volvimos a hablar. Observé que Sara y ella siempre iban juntas, Naiara parecía más feliz cuando estaba con ella, se parecía más la chica que había conocido aquel día, que ahora me parecía tan lejano. Serían buenas amigas. En el recreo ni me molesté a salir al patio, me quedé en uno de los baños escuchando música y tomándome la barrita de cereales que me había dado mi madre por la mañana. Cuando al fin terminé la jornada, llamé a mi madre para saber si al final vendría buscarme, su respuesta fue una disculpa y un ''estoy muy liada''. Decidí ir andando, me había estado fijando por la mañana cuando mi madre me había traído y como ya había mencionado anteriormente, tengo un buen sentido de la orientación. El truco es ir fijándote en aquello que te rodea, en pequeños detalles que sabes que tu cerebro recordará en el momento en el que los necesites. Me conecté los cascos y me puse a escuchar una canción de Simple Plan titulada ''Welcome to my life''. Sí, bienvenido a tu nueva vida, Kyle.

No tardé más de media hora en llegar a casa, y cuando lo hice subí a mi habitación y tire las cosas donde pude. Después me tiré a la cama y... recordé algo. Fueron solo un par de segundos, pero en ellos me vi a mi con otra ropa, otro día, tumbado en aquella misma cama tras tirar de la misma manera la mochila. Y entonces vi como una lagrima resbalaba por su sonrosada mejilla.

Me incorporé velozmente de la cama, y bajé las escaleras. Aquella habitación estaba demasiado llena de recuerdos, estaba demasiado cansado en esos momentos para enfrentarme a ellos. Cuando llegué al comedor me encontré una hamburguesa aun caliente y una nota de mi madre deseándome buen apetito y disculpándose por no haberme podido recibir tras mi primer día. Me decía que volvería para la cena para preguntarme como había salido todo, y que traería para mi una agradable sorpresa.

La hamburguesa estaba muy buena, me la comí en apenas dos bocados. Luego, reuní todo el valor que pude y subí a mi habitación. Abrí mi mochila y saqué de ella la agenda para revisar los deberes de aquel día. Tan solo tenía que hacer un par de ejercicios de mates, buscar unas definiciones en inglés y la redacción de literatura. Él mismo chico que se había sentado delante mío en inglés me había explicado también que el profesor de literatura nos mandaba cada semana un trabajo de esos pues tenía la esperanza de encontrar nuevos y grandes talentos y de paso fomentar nuestra imaginación. Cuando me lo dijo a mi, no me pareció muy ilusionado con la idea, pero a mi me gustaba. Hice los deberes de mates en media hora, las definiciones de inglés no tardé ni veinte minutos en buscarlas, lo difícil era la redacción. ¿Cómo podía enfocar la tristeza? No se me ocurría nada, así que decidí dejarlo para más tarde. Aprovechando que no estaba mi madre en casa, bajé y me puse a ver la tele.

Después de un buen rato, miré la hora, eran las 19:00. Subí a mi habitación y trate de aclarar mis ideas y buscar algo bueno, pero seguía en blanco. Finalmente, escribí un par de tonterías hablando de la guerra y otras injusticias que a todos nos provocan tristeza, pero nada original. La verdad, cuando acabé me di cuenta de lo decepcionado que me sentía conmigo mismo. En cuanto guardé todo en mi mochila y lo dejé listo para el día siguiente, oí cómo se abría la puerta en el piso inferior.

-Ya he vuelto, Kyle-dijo mi madre.-Baja a ver tu sorpresa.

Entusiasmado recorrí las escaleras y pasillos en apenas un suspiro, ansioso por ver de que se trataba aquel objeto. Pero, cuando vi a mi madre sin nada en las manos, me quedé estupefacto. Entonces de detrás de ella salio un hombre de altura mediana, vestido elegantemente y con un cuidado bigote. Tenía la cara alargada y el pelo blanco como la nieve, cuidadosamente peinado.

-Pa...¿papá?-susurré en cuanto recordé quien era él.

Remember?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora