XIV

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A las 3am te tenía en medio de mis brazos, recolectando tus lágrimas, y mis dedos jugaban con tus rizos de oro.


Alguien te había dicho que no eras lo suficiente para valer la pena quedarse.


Cariño nadie la había roto como tú lo habías hecho.

Nadie la había hecho llorar en el taxi de camino a casa.

Ella había sido un castillo de hielo que se permitió derretirse para poderte amar.


Pero tú sólo te permitiste decir que te habías equivocado y que debías irte... y corriste a los brazos de otra que no te amaba lo suficiente.


Y cada noche de verano ella se engañaba con tu recuerdo.

Habías venido de algún planeta muy lejano,

uno dónde ella no era bienvenida.

VEINTIUNOWhere stories live. Discover now