Hace un tiempo atrás, un pequeño niño de ojos soñadores se encerró en la azotea del edificio más grande de su ciudad, a las 2 am.
Sentado a muchas distancias del pavimento observó como una chica de cabellos de oro le rompía el hipotálamo a alguien que él solía conocer.
En medio de la madrugada ella le grito que lo amaba, y que siempre lo iba a esperar, porque algún día a las 2 am, él se daría cuenta que se había equivocado.
Que nunca debió permitir que se marchara.
Pero él sólo le dijo que estaba listo para el funeral.
Mientras que ella sólo deseaba que la tomara entre sus manos y la siguiera llamando por su primer nombre, como solo él solía hacerlo.
Hace un tiempo atrás un pequeño niño con ojos soñadores se encerró en la azotea a las 2 am para hablar con la luna.
Y sentado a muchas distancias del pavimento observó a Sagitario y a Venus explotar mientras ambos tomaban caminos opuestos.
Él quería gritarles que pararan de derrumbarse, él quería mostrarles que ambos se equivocaban.
Pero ya era tarde en el universo.
