Jenna Mordog es una joven empresaria que está comprometida con Denzo Zuazua, quien solo la quiere como a un trofeo.
Su camino se cruza con el de Ted Colton, su enemigo de negocios quien está en problemas financieros y una asesina quiere matarlo.
J...
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CUANDO CONSUMAS ALCOHOL, BORRA EL NÚMERO DE TU EX
TED.
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Ted estaba en la barra de aquel antro, el ambiente estaba muy bueno. Bebió otro sorbo de cerveza y sonrió al ver a su amigo bailando entre tres chicas, era impresionante su capacidad para ligar ¡Prácticamente las chicas se arrojaban a sus brazos!
No es que le diera envidia, él era muy reservado. Pero sí que le llamaba la atención la capacidad de su amigo para ser rudo y al mismo tiempo para ser tan carismático cuando se lo proponía.
—¿Está ocupado este asiento? —preguntó una chica morena y muy bonita que estaba señalando el taburete al lado de él, sacándolo así de sus pensamientos.
—No, pa-para nada, está desocupado —inmediatamente Ted se puso nervioso.
—Mucho gusto, yo soy Kendall —sonrió ampliamente extendiéndole la mano.
—Yo... —el chico extendió su mano de forma tímida para corresponder el saludo— Soy Ted, mu-mu-mucho gusto —tragó saliva.
Diez minutos después Kendall había arrastrado a Ted a la pista de baile. Él casi no se movía, pero ella lo tenía preso entre sus brazos, rodeándolo por el cuello. La chica bailaba sensualmente siguiendo el ritmo de la música de reggaeton que se escuchaba a todo volumen por todo el lugar, tratando de pegar su cuerpo al de él.
El chico trató de soltarse y excusarse amablemente para irse pero ella no lo dejaba ir.
—Eres muy guapo Ted, me gustas.
La chica se abalanzó sobre él y estampó sus labios en la boca del chico, quien no le respondió el beso y estaba tímidamente quieto sin cerrar los ojos, buscando con la mirada la forma de escapar y casi correr por su vida.
La mujer era muy hermosa, pero demasiado extrovertida para los gustos de Ted.
—Kendall —habló Ted mientras aún ella lo besaba— tengo que ir al baño.
Ella hizo un puchero soltándolo y acariciando su mejilla.
—Está bien guapo no tardes, aquí te espero —respondió ella sonriente y le guiñó un ojo mientras giraba sobre sus talones contoneando sus sexys caderas.
