CAPÍTULO 27.- SR. MORDOG

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NO TODO AQUEL QUE ME MIRA PUEDE VERME, NI TODO EL QUE CREE CONOCERME SABE QUIEN SOY

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NO TODO AQUEL QUE ME MIRA PUEDE VERME, NI TODO EL QUE CREE CONOCERME SABE QUIEN SOY.

JENNA.

Los días comenzaron a pasar, luego las semanas y cada día Ted y Corbin estaban más agotados

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Los días comenzaron a pasar, luego las semanas y cada día Ted y Corbin estaban más agotados.

Nunca imaginaron que Jenna fuese capaz de encontrar tantas actividades para ambos, sus únicos descansos, eran los días jueves que salían a las 6 de la tarde, el viernes no veían a Jenna para nada y el sábado empezaba su odisea de nuevo.

Ninguno de ellos dos sabía qué cosa hacía Jenna los jueves, debía ser algo importante que la mantuviera ocupada para que fuese sola y sin ellos.

Esta situación le daba alivio a Corbin, quien esperaba que su jefa pudiese estar ocupada en lo que sea que estuviese haciendo y se olvidara de ellos dos porque para él, ella era realmente muy molesta.

Empezaba a caerle bien en cierto modo, porque les pagaba bien y el departamento era excelente, Ted estaba seguro de Molly y nadie más sabía que ellos estaban allí, ni siquiera el propio Tristan; el rubio se había asegurado de que nadie supiera de su paradero pues así había más seguridad para que no los encontrara aquella asesina.

Sus vidas eran muy activas y eso a él le gustaba, lo que le desagradaba, eran esas molestas llamadas de Jenna en la madrugada pidiendo café o desayuno y que no les dejase dormir bien.

Por otro lado, en esa empresa Corbin encontró lo que hacía mucho tiempo había perdido... La ilusión de un amor. Esa chica Nadia, estaba empezando a trapear el piso con él.

Por su parte, Ted estaba acostumbrándose a no dormir bien, a observar a Jenna cuando ella no se diese cuenta, después de todo, compartían la misma oficina y prácticamente se la pasaba pegado a ella todo el día, debía seguirla a todos lados.

Él estaba empezando a sentir cierta atracción por ella y por más que quería no podía evitarlo.

Sin embargo, esa chica escondía algo, Ted lo sabía y su curiosidad podía más con él.

Bajo los tacones de JennaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora