CAPÍTULO 37.- EL SALTO DE TED

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CADA HISTORIA TIENE SU COMIENZO

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CADA HISTORIA TIENE SU COMIENZO... 

Y AHORA QUE YA CONOCEMOS QUÉ PASÓ...

LLEGAMOS AL DÍA DE HOY.

LLEGAMOS AL DÍA DE HOY

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DÍA ACTUAL

Ted llegó tan rápido como pudo al pequeño puente, en efecto, había un auto deportivo allí estacionado, tenía que ser ella, tenía que ser Jenna.

La puerta del conductor estaba abierta, se estacionó atrás del auto que suponía que era de Denzo, se bajó a toda prisa y se asomó al interior.

Las llaves estaban puestas, aunque el motor estaba apagado, dentro estaba el bolso rosa que él le había regalado a Jenna y en el asiento estaban sus zapatillas rojas.

La piel morena clara de Ted rápidamente perdió color, se puso pálido casi tan blanco como una hoja de papel.

Al fin lo comprendió todo, al fin, entendió... Jenna traía una idea rondando en la cabeza, una idea que cada jueves la ponía aún más cerca de la locura, y hoy, justamente hoy, era el peor día para dejarse seducir por esa salida falsa. Jenna quería morir, Jenna no quería que nadie supiera su sufrimiento porque ella ya se había rendido, ella venía aquí, porque ella quería saltar.

Los pies de Ted no respondían, había mucho frío y viento, no quería asomarse a ver si ella ya había saltado, no podría soportar haber llegado tarde. Jenna no sabía nadar, él lo sabía porque en estos meses había tenido que aprender casi todo de aquella chica, pero nunca imaginó que ella se hubiera rendido, que ella se sintiera tan sola que prefiriera morir.

Sus labios se pusieron resecos, sus ojos llorosos. Sacó de su pantalón sus lentes algo rotos, se los puso con la mano temblorosa y con el corazón palpitando acelerado dentro de su pecho, llegó a la orilla del puente y cerró los ojos.

Tomó aire hasta donde sus pulmones se lo permitieron, mentalmente se repitió varias veces que su miedo a las alturas era una cosa insignificante comparado con el dolor de la posibilidad de perder a Jenna. Respiró profundamente una vez más y luego se asomó. Abrió sus ojos y allí... Allí estaba ella.

Bajo los tacones de JennaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora