Fiesta.

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Craig manejó desde su actual casa hasta el pueblito de montaña en donde él y su novio crecieron.

Después de casi 3 horas de viaje, estacionaron en la casa del pelinegro. Los Tweak también estaban allí.

Craig y Tweek saludaron a sus familias, hablaron un poco y les contaron que estaban allí para asistir a la fiesta que se organizaría esa noche en casa de los Marsh.

Terminando de charlar y demás, la mayoría volvió a hacer sus actividades habituales, excepto los señores Tweak, que no dejaban de abrazar a su pequeño.

Craig los observaba. Realmente lo extrañaban, y se notaba que Tweek los extrañaba también.
Ese tipo de conmovedoras imágenes le hacían querer volver a South Park, para que el rubio viviera de nuevo con sus padres...

Pero no podía exponerlo al café.
Nunca más.

El tiempo pasó, llegó la tarde y los Tweak fueron a su negocio. Se despidieron de Tweek y él prometió que al día siguiente iría junto a Craig a su casa para visitarlos. Los padres sonrieron por esa promesa, y abandonaron la casa de los Tucker.

Hecho esto, los jóvenes empezaron a alistarse para ir a la reunión.

Estaban en el antiguo cuarto de Craig, que en teoría nunca dejó de ser suyo, pues cada que llegaban de visita se quedaban allí.

Craig se estaba poniendo zapatos en silencio, hasta que Tweek, quien se peinaba frente a un espejo le habló

-Oh, estoy emocionado...

-Odio admitirlo, pero yo igual.

-Veré a Kyle, a Stan, a Kenny, a Bebe, a Clyde, a Token, a Butters...

-Sí. Así es. Sólo... No vayas a olvidar tu promesa. Cero café.

-No te preocupes Craig. Dudo que en una fiesta lo primero que sirvan sea café...

Tweek sonreía tan feliz y tranquilo que Craig no pudo evitar sonreír con él.

Le cogió del cuello y lo abrazó. Tweek no se opuso y le tomó la cintura a su pareja, quedando así en un tierno abrazo...
Craig en verdad se preocupaba por Tweek. Y Tweek agradecía eso.

La atmósfera era linda y romántica, hasta que un grito los interrumpió.

-¡CRAIG! YA SON LAS 8:00, DEJEN DE COGER Y BAJEN

Tweek puso cara de incomodidad y Craig sólo gritó de vuelta

-¡Jódete mamá!

Tomó la mano del rubio y salieron de la habitación.

-No hacíamos nada.

-Pues no cierren la puerta.

Tweek reía incómodamente escuchando la conversación madre-hijo que se tenía en la sala.

Tal como había dicho Laura Tucker, ya eran las 8:09pm, hora de que los chicos se fueran.

-Como sea, volvemos al rato. Espero.

-De acuerdo, cuídense hijo.

Craig le sonrió a su mamá y le sacó el dedo de en medio, ella hizo lo mismo, y así ambos chicos salieron de la casa, se tomaron de las manos y comenzaron a caminar.

El pueblo no había cambiado mucho. Sólo tenían un año de haberse ido, tampoco era la gran cosa. El lugar era el mismo que mantenían en sus recuerdos.
Tweek suspiró satisfecho y Craig por su parte se relajó, pensando que ir de vez en cuando no podía ser tan malo.

Las 7 etapas del café. [CREEK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora