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Kate estaba completamente feliz tras los resultados que había obtenido. No dejaba de decirle a Matthew lo bien y sano que el bebé estaba desarrollándose y lo grande que estaría en unos meses.

A su esposo lejos de agradarle semejante cosa, parecía cuestionarse por absolutamente todo. No podía dejar de pensar en donde estaba aquel mes y dos semanas cuando tuvieron sexo si ellos escasamente lo habían hecho tres semanas a lo mucho.

— No te veo tan contento como hace días – Replicó ella

— Pues discúlpame – Le dijo cortante

— ¿Qué te pasa? Hace días estabas feliz por esto, y ahora que nos han dado buenas noticias te pones así

— Curiosamente, hace dos años cuando pasó con Lindsey estabas llorando de coraje, y ahora estás sumamente feliz, ¿Qué le pasa a quien?

— Ah – Volteó los ojos fastidiada–, ¿Vas a empezar con esto? ¿En serio?

— Kate, hay algo que no cuadra y sabes perfectamente que es

Ella le miro disgustada, dispuesta a todo por negar lo evidente.

— No, no sé perfectamente que es – Vaciló parándose en la orilla de una acera para coger un taxi–. ¿Ya no te da felicidad ser papá de nuevo? – Soltó una risita irónica– Pensaste mejor los gastos y todo eso y ahora te aterra, ¿No?

— Si no me acobarde con Lindsey, menos ahora, pero eso no es lo que me desconcierta

Kate volteo los ojos. Un taxi abarcó cerca de ahí para tomar su pedido.

— Me voy, vete aparte – Ordenó subiéndose sin darle oportunidad de detenerla o un intento por subirse.

Aquello no había pasado desapercibido para Bellamy. Detestaba que ella se pusiera en el lugar de víctima cuando eso no le iba para nada. Estaba ocultandolo todo, ella sabía a qué se refería y Matthew lo había captado por su necesidad de irse sin hablar con él.

Con más dudas que al principio Matthew se echó a caminar hasta Central Park a coger aire fresco o tan sólo mirar a los niños correr de aquí acá con sus cometas en el cielo. Los niños no eran de su agrado completamente, sólo su hija.

Tomó asiento en una banca a lado de de un hombre que pintaba a acuarela sobre su lienzo en un caballete. No le sorprendió, muchos artistas callejeros se ganaban unos cuantos centavos dibujando a las personas que lo deseaban pero Matt no deseaba nada de eso, sólo aclarar su cabeza de las telarañas mentales que él mismo había producido.

¿Por qué ahora Kate estaba tan feliz por ser mamá? Si tampoco lo tenían planeado. No mostraba un "instinto maternal" con Lindsey, ¿Por qué lo haría con un segundo hijo? Su relación matrimonial tampoco era mejor, el sexo no significaba todo.

Quizás Staffel se equivocó al contar las semanas o al ver al feto tan grande o alguna mierda de esas que los ginecólogos ven pero, ¿Y si no?

— Te noto preocupado, amigo – El artista que tenía a lado le hablo con toda confianza viéndolo minuciosa y graciosamente.

Bellamy ladeó la cabeza desconcertado. Devolvió su mirada a las del chico que tenía a su lado.

— He, yo, no, es que – Titubeó sin saber qué decirle–, bueno, disculpa. Me tomaste de sorpresa

— Disculpa, pero desde aquí huelo tu preocupación – Bufo

— ¿Cómo que hueles? – Interrogó extrañado sin evitar hacer caretas para representar su confusión

— Oh, no te lo tomes tan literal – Se echó a reír amigablemente para que éste no pensara que se estaba burlando–. Es un decir, desde aquí puedo ver qué tan angustiado estás, has de estar haciéndote un lío en la cabeza

Too much love will kill you | BellDomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora