Too much love will kill you | BellDom

13.

Con una torpeza abrumadora Matthew se hizo el nudo de la corbata. No sabía el por qué deseaba verse bien si después de todo no sería una reunión agradable, le pediría el divorcio a Kate con todo y su embarazo encima.

Tenía una sensación de desconfianza, solía pensar que quizás estaba mal y necesitaba ayuda o que aquel bebé si era suyo. Sabía que no debía fallarse así mismo, era momento de recuperar parte de su vida a lado de Lindsey.

En la sala podía oír a Dominic contarle un cuento a Lindsey: — ¿Sabes cómo se llamaba esa princesa? Ariel, una sirena de cabello rojo y ojos azules como los tuyos. Mmm, aunque, ¿Sabes que es una sirena, no?

Dominic era adorable en todas sus fases aunque salvaje en otras. Todavía le costaba creer lo que le había pedido: Quedarse con él. ¿Acaso era gay?

Tantas dudas en su cabeza no podían estar unidas al mismo tiempo, prefería darle prioridad a su divorcio antes de seguir preguntándose si era homosexual.

Salió por fin del tocador para encontrarse con Dom y Lindsey en una especie de campamento improvisado con un tapete y un montón de sábanas colgadas de un hilo. Ambos estaban sentados en el tapete comiendo piña con leche.

— Oh – Matthew frunció el entrecejo sonriendo tiernamente–, lamento irrumpir su picnic pero me voy. No tardaré

Ambos levantaron la mirada rápidamente.

— Si, Matt, te esperamos – Correspondió el rubio–. ¿Quieres que vaya, es decir, que vayamos?

— No, está bien así. Quédate con ella por favor – Soltó un suspiro

— Dalo por hecho – Le miró de pies a cabeza–. Luces muy bien – Ambos se dedicaron una mirada cómplice–. Te irá bien

— Eso espero, no sabes cómo son los Hudson

— No, pero si llegara a saberlo, ellos tampoco saben cómo soy – Aseveró orgulloso–. ¿No es así, Lindsey?

La castaña le extendió un tenedor con un trozo de piña remojado en leche.

— ¡Oh no, cariño! – Se puso en cuclillas para hablarle y retirarle cuidadosamente el cubierto– Sí ahora como me dolerá el estómago camino a casa de Goldie

— Godie – Esbozó dulcemente ella aún con un trozo en la boca

— Si, ella – Sonrió mientras acariciaba su melena sedosa y brillante–. Pórtate bien con Dom, no tardaré

— Sí – Asintió con la cabeza

Bellamy le dió un beso en la frente para luego levantarse y dirigirse a la puerta. Fugazmente una duda le llegó, ¿Debía despedirse de Dominic cariñosamente?

— Bueno, Dom, volveré pronto – Le dijo haciendo un ademán con la mano.

— Si, despreocúpate – Murmuró imitandolo–. Cuídate

Por supuesto que no podía hacerse mimos con Dominic con Lindsey presente, ¿Cómo le explicaría que ahora estaría con un hombre? ¿Decirle que Kate se volvió hombre? Ambos eran rubios de ojos claros, quizás no notaría la diferencia.

Jamás se había plantando eso: Decirle a su hija que Dominic no era más su amigo, si no algo más.

Inmediatamente se sorprendió de si mismo pues ya daba por hecho que quería algo lo suficientemente serio como para hablarle a Lindsey de él.

Sus sentimientos le aterraban y el tener que asumirlos le provocaba miedo pero al pensar la otra parte más blanda y luminosa de la situación, dejaban de ser tan bruscos.