11.

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Un montón de ropa masculina estaba esparcida por el suelo. Camisas, zapatos, pantalones, sacos y un par de boxers formaban un camino hacía la cama de Matthew Bellamy.

Pasaron cuarenta o cincuenta minutos de caricias, besos indecentes, gimoteos y sudor prolongado, ambos reposaban abrazados preguntándose por el mañana.

— Dios – Murmuró Matthew quedo. Su respiración estaba tan tranquila que no recordaba estar así de relajado en mucho tiempo. Estar en brazos de Dominic Howard era especial, tan especial como aterrador.

¿En serio se atrevió a copular con otro hombre?

— ¿Cómo te sientes? – Preguntó Dominic al percibir incomodidad de su parte. Ninguno se movía, podían oír perfectamente el latido de sus corazones.

— Ah – Suspiro–. No sé qué decirte, lo lamento

— ¿Lo lamentas? ¿Por qué?

— Esto no debió pasar, Dom. No sé que me pasó, el vino me hizo algo...

— Pero lo has disfrutado, Matt, nos ha gustado, ¿O no?

Matt se quedó absorto. Le costaba imaginar lo que había hecho, y peor aún, saber que lo disfruto.

— No quiero ser tu amante – Murmuró el castaño

— Yo tampoco – Dijo el otro–. Quiero que seas otra cosa

Inmediatamente se incorporó alejándose de un poco. Le dedicó una mirada repleta de desconfianza.

— ¿Estás loco? – Interrogó horrorizado

— ¿Debería? – Se echó a reír dulcemente– Creo que debo sincerarme más contigo a partir de hoy

— Yo no soy gay, Dominic

— ¿Y por qué nos hemos acostado entonces? – El rubio se incorporó también yendo a su lado

— El vino – Respondió con simpleza

— Querido, el alcohol no te hace dudar de tu sexualidad a menos que tengas bien claro lo que eres – Replicó molestándose de poco en poco–. ¿O estoy equivocado?

— Si, lo estás

— Ah – Bufo con molestia. Era una de las primeras veces que Matthew veía a Dominic molesto–, ¿En serio te vas a poner así? ¡Bien!

Dominic se levantó y cogió su ropa vistiendose con velocidad. Matthew se limitaba a verlo desde la cama sin emoción alguna. Seguía repasando sus acciones una y otra vez, que rápido había sido todo.

— ¿Así será entonces? – Preguntó de última cuenta. Matt se alzó de hombros desinteresadamente. En ese momento ni él reconocía que quería– Has resultado más marica que yo

El teléfono principal empezó a llamar. Bellamy cogió el que tenía sobre su buró para contestar con una calma abrumadora mientras Howard terminaba de ponerse los zapatos.

— ¿Si? – Correspondió el remitente

— Matt, ¿Puedes venir? – Era la voz de su suegro, Kurt.

— ¿A la casa? ¿Hay algo malo con Lindsey?

— Digamos que ocurrió un percance y ahora está en el hospital – Soltó naturalmente, como si fuera algo que no tiene importancia

— ¿Qué? – Replicó levantándose de la cama ágilmente. Su tono había cambiado a uno angustiado y escéptico al mismo tiempo– ¿Pero por qué?

Dominic detuvo su huida al notar la cara de su "amante".

— Mejor ven, no puedo explicarte así – Dijo el hombre

Too much love will kill you | BellDomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora