Beautiful Girl

CAPÍTULO 20

Estaba justo debajo de él, con mis ojos llenos de lágrimas. Por fin me miró y su sonrisa se esfumó, sus ojos se abrieron gigantes, se puso nervioso y tocó acordes diferentes haciendo que sonara desafinado y la banda dejara de tocar.

Ya no había dudas, era Harold.

-¿Oye qué le pasa a George?- comentaban una chicas que estaban a mi lado.

Yo no podía seguir allí, las lágrimas estaban cayendo por mi cara. La decepción que sentía era muy grande.

-Disculpen al pequeño Beatle, se distrajo con una chica- le dijo a la audiencia uno de los cantantes y continuaron con la canción.

Por fin pude salir del lugar. Fui corriendo a mi casa, llorando, triste. Mi vida era un fracaso, siempre terminaba siéndolo. Pensaba que las cosas iban bien de una vez y no. Yo había confiado en él y sólo me mintió, todo este tiempo me mintió.

Cómo pude haber sido tan ciega. Ahora entendía sus viajes, porque nunca íbamos a lugares públicos.

Pues era un maldito Beatle y todo el mundo lo reconocería.

No sabía cuánto tiempo había estado llorando hasta que escuché el timbre de casa.

No quería abrir, no tenía las fuerzas para ir hasta la puerta ni quería que nadie me viera así.

El timbre sonó muchas veces más y luego una voz, su voz.

-Sé que estás ahí, por favor abreme- dijo Harold del otro lado de la puerta.

-¡Vete!- grité entre llantos.

-No Alice, déjame explicarte.

-¡Eres un mentiroso! ¡Vete de aquí!

-No me iré hasta que me dejes explicarte- se quedó en silencio unos segundos y luego siguió- prometo no molestarte más pero por favor hablemos.

Lo consideré, necesitaba respuestas, necesitaba saber porqué me había hecho eso, pero tenía miedo que me mintiera nuevamente. Lo dejaría entrar y le diría lo mucho que lo despreciaba.

Me levanté y fui hasta la puerta, respire hondo y le abrí.

-Sé breve- le indiqué para que me diera su explicación mientras ingresaba al departamento.

-Alice- dijo acercándose para abrazarme.

-No me toques- hablé alejándome de él.

Me dolía, realmente me dolía pero quería ser fría con él pues no era quien yo creía.

-Por favor no hagas esto.

-¿Hacer qué?- pregunté

-Alejarte.

-¿Es una broma? Tú me mentiste todo este tiempo y me pides que no me aleje. Perdón pero no quiero estar cerca de una persona que ni si quiera sé quién es.

-Si sabes quien soy, siempre he sido yo mismo cuando estoy contigo.

-Sólo que con un nombre distinto, una vida distinta- estaba muy dolida, y mi voz cada vez se quebraba más- ¿Por qué hiciste eso?- dije mientras caían lágrimas que ya no podía controlar.

-Perdón Alice, perdoname. Sé que estuve mal, intenté decírtelo muchas veces pero nunca podía o algo pasaba.

-Tuviste cinco meses para decirme.

-Nunca podía, iba a decírtelo esta mañana antes de irme de aquí pero no me dejaste. Hasta dijiste que no te enojaría.

-Nunca pensé que me dirías que eras otra persona, un farsante Harold o como sea que te llames.