1. Tirano

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Muchas personas pueden decir que en el amor no se elige, que solamente sucede

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Muchas personas pueden decir que en el amor no se elige, que solamente sucede. Puedo considerar que ese pensamiento no nos hace libres, sin embargo vivimos felices ante tal situación. Se cree que en el amor uno tiene la libertad de querer a quien sea, pero, si simplemente pasa y sin tener en cuenta la circunstancia o persona ¿realmente somos totalmente libres?

Después de una gran contaminación ambiental, el planeta no tuvo suficientes recursos para la subsistencia humana y para acompañar tal catástrofe una epidemia que acabó con al menos 60% de la población mundial hizo que los sobrevivientes tomaran medidas drásticas. Ya no hay más países, no hay tantas fronteras que dividan a las personas, porque realmente no había intereses por los qué pelear.

Debido a la epidemia de hace más de 200 años y la contaminación, el cuerpo humano sufrió de mutaciones, haciendo que el índice de natalidad bajara y la esperanza de vida a penas alcanzara los 40 años en las personas. La sociedad cambió y lo hizo de una manera drástica.

Repito miles de veces este suceso en mi mente cada mañana para poder afrontar la realidad en la que vivo. Después de haber realizado mi ritual al inicio de todos los días esperé a que mi tutora Minako, la persona que se ha encargado de educarme cognitivamente viniese por mí para iniciar con las lecciones del día.

—Yuri —pronunció Minako sacándome de mis pensamientos—, tu padre ya ha regresado y quiere que toda la familia acuda al estudio.

—Claro, en seguida voy.

Después de tres semanas de ausencia, mi padre por fin había regresado del consejo que se llevó a cabo en lo que una vez fue conocido como Rusia. Caminé los largos pasillos del pequeño castillo que era mi hogar y una vez en frente de la puerta del lugar en el que todos debíamos reunirnos abrí los grandes portales y entré.

—Cariño, buenos días —saludó mi madre en cuanto entré a la habitación y en la acción estrechó mi cuerpo con un cálido abrazo.

—Buenos días, mamá —dije de regreso correspondiendo su abrazo—. Mari podrá asistir, esta mañana la visité en su habitación y se encontraba mejor.

—Que buen hermano eres —la voz de mi padre se hizo presente en lugar-, sé que no debes de cargar con esa tarea, pero nosotros estamos agradecidos de que cuides de tu hermana mayor.

Mi papá se reincorporó hacia mi madre y la saludó cariñosamente. Ellos, a pesar de ser alfas, dieron a luz a alguien como yo, un omega. No rechazaba mi origen y mucho menos el hecho de que a pesar de ser de la familia real me haya encontrado con ser omega. Para la desgracia de mi raza, una población minoritaria y rezagada por la sociedad; y, la razón del porqué podía vivir con tranquilidad durante 17 años, era porque mi identidad es un secreto para todo el mundo.

—Lamento haberlos hecho esperar -entró Mari en su silla de ruedas manejada por uno de sus sirvientes.

—Mari, cariño, hoy te ves mejor. Realmente ese tratamiento te está sirviendo mucho —reconoció mi padre al ver a Mari con un color más rosado que amarillento, como era de costumbre.

Hielo ❄️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora