15. Caos

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Chris era la persona más cercana a mí fuera del continente. Sus padres fueron grandes amigos de los míos y al quedarme huérfano recibí un gran apoyo por parte de ellos; conté con personas increíbles que hicieron que no me sintiera solo en algún momento, sólo una persona hacía falta en mi vida. Yuri. En ocasiones recordaba su inocente y resplandeciente sonrisa bajo el árbol de cerezo que adornaba nuestro jardín secreto, cómplice de un inocente crimen. Solo poder recordar aquellos días de mi infancia ayudó a superar cualquier adversidad que se me pusiera en frente.

—Y, ¿en dónde se encuentra? —Dijo colocando su vaso sobre la mesa—. ¿Dónde está tu querido prometido?

Lo miré de reojo mientras daba un profundo trago de mi copa y después pasé a hacer lo mismo que él. Encimé una pierna sobre otra y puse mis manos sobre las rodillas.

—No es necesario que lo sepas —mencioné.

—Vamos Viktor, ¿no me dejarás felicitarlo?

— ¡No quiero que te le acerques antes de la boda! —Advertí.

Se quedó sorprendido con la boca media abierta y sus ojos no se apartaron de mi figura.

—Pero, Viktor —dijo vacilante—, ¿qué es a lo que le temes?

—Perdón. Perdóname por mi actitud —me levanté de mi lugar, caminé hacia la ventana y fijé la mirada en la luna—. Es solo que, aún no le cuento la verdad, y —alargué la última sílaba—, no confío en que puedas evitar hablar más de la cuenta.

Giré mi cuerpo hacia dónde Chris se encontraba. Aún seguía sin despegarme su mirada.

Suspiró.

—Viktor, Viktor. Mi adorado Viktor, sabes que no debes dudar de mí. Pero —pausó—, tratándose de tu querido Yuri, sé que no entenderás razones —concluyó.

—Lo siento, lo único en lo que puedo pensar es en la seguridad de Yuri —confesé.

Se levantó y avanzó hacia mi lugar y con su índice derecho acarició mi barbilla.

—Accederé solo por tratarse de ti. No creas que tienes a los del Consejo muy convencidos en tus mentiras.

Se alejó, tomando consigo el saco que había dejado tras varios minutos de haber llegado. Lo colgó sobre su hombro izquierdo y una vez más giró su cabeza para verme.

—Buenas noches, Vitya.

Abandonó la habitación, dejándome completamente solo.

Abandonó la habitación, dejándome completamente solo

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Hielo ❄️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora