René y yo permanecimos en aquel lugar hasta que cerraron. Parecía tan natural conversar con él. Reí, me abrí y me sentí más ligero.
—¿Así que números? Administración, economía, contabilidad —repitió cuando salíamos del establecimiento. El frío calaba, aún con el abrigo y las manos dentro de los bolsos.
—Sí, lo descubrí hasta hace unos meses... No sé, me llaman, me gustan —el hombre caminó a mi lado reflexionando.
—Haré algo... solo si tú lo deseas, Will —enarqué una ceja intrigado, al tiempo que subía el cuello del abrigo—. Te ayudaré a entrar a la universidad que deseas... —me detuve pasmado. Ya había perdido la beca, llevaba un tiempo sin practicar americano y aunque corría a diario y hacía demasiado ejercicio —pues era la única manera de desfogar mi energía e impotencia—, no estaba listo para calificar nuevamente.
—No es necesario —me negué mirándolo con agradecimiento. Colocó su mano enguantada sobre mi hombro sonriendo y decidido.
—¿Quieres o no quieres salir de Harvard y hacer lo que deseabas? —Supe en ese momento que mi respuesta sería decisiva en mi vida. Si una parte de mi era lúgubre, llena de tristeza, tenía que buscar que la otra valiera, que la otra lograra de alguna forma iluminar la que ya no tenía luz.
—Sí, sí quiero... —me dio un pequeño golpe satisfecho.
—Perfecto... Date de baja cuanto antes. El próximo año entras a la Universidad de Massachusetts, investiga fechas y proceso de admisión, el costo irá por mi cuenta —lo observé asombrado. La vitalidad con la que se manejaba me impregnaba, no lo podía evitar y eso me gustaba.
—René... trabajaré... te lo pagaré —solté decidido. Sí, eso haría, retomaría las cosas, debía hacerlo.
—No, quiero que te centres en esto, ya eres mayor de edad... así que lo que decidas de ahora en adelante será tu vida, Will, hazla valer, no la cedas por nada y cuando estés listo, si lo deseas... serás lo que desees ... —no comprendía del todo sus palabras, lo cierto era que deseaba emerger nuevamente. No siendo quien solía, ni tampoco quien era cuando estaba a su lado; eso jamás lo lograría, pero sí alguien que no retrocedería, alguien que lucharía, que... aprendería a vivir con su ausencia sin permanecer derrumbado, intentando vivir, incluso, sonreír y por qué no, gozar. Ella se marchó de mi vida, durante meses no había tenido noticias, era evidente que no le importaba, no como a mí y... no podía seguir así, por mucho que la adorara y que el amor que sentía, no disminuyera.
—Pero no puedo aceptar que hagas esto sin más...
—Imagina que hago lo que tus padres debieron hacer... apoyarte. Somos familia, no tengo hijos, te adoptaré simbólicamente. Te ayudaré, lo deseo... pero a cambio no quiero verte derrotado, no quiero verte como ahora... —agaché la vista hasta mis zapatos. Eso era complicado—. Verás que, poco a poco, haciendo lo que tú elijas, todo se irá acomodando, y a lo mejor, cuando gane tu confianza me cuentes qué es lo que verdaderamente te tiene así...
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Eterno, Muy profundo II © ¡A LA VENTA!
RomansaMUY PROFUNDO II «Liam y Kya han logrado pasar obstáculos que los definieron y lastimaron mucho, ahora gozan de una vida tal como imaginaron, quizá mejor, lo cierto es que él aún tiene un pasado que solucionar, dolor en su corazón y si desea seguir c...