Hermanas LeBlanc [Primera Generación] (Terminada)

Capítulo 10: Lo lamento

El día viernes pareció todo más fácil de llevar de lo que pensaba, llevaba un día normal de clase optativas, Cuidado de Criaturas Mágicas con Ravenclaw, Alquimia con todos los alumnos de casa que lo tomaban y para finalizar Pociones avanzadas con Slytherin.

-Y recuerden chicos, ya están a pocos meses de dar sus TIMO'S, pero si tienen promedio supera las expectativas en la asignatura de pociones avanzadas y un extraordinario en pociones común no tendría por que irles mal en la prueba- se siente el ruido de la campana que indica la finalización de la clase- ya pueden retirarse, feliz fin de semana, nos vemos el miércoles.

Luna arregló todas sus cosas y las ordeno dentro del caldero que ocupaba para trasladar sus cosas, se había tomado su tiempo puesto que el profesor ya había salido del salón, había pasado toda la mañana pensando sobre la cita que tendría mañana con Remus, le costó mucho procesarlo y asimilarlo, pero al final de cuentas que era lo peor que podía ocurrir, ya era hora de cambiar el libro y aceptar que la relación con Severus había muerto completamente. En su cuello seguía presente el colgante que le había regalado en su primera navidad como pareja, era una promesa, un pequeño dije de lirio  en una cadena, el le había dicho que siempre la protegería. Un lirio*, recién se daba cuenta.

-Piensas quedarte toda la tarde acá o irás al gran comedor para almorzar- y ahí se hizo presente su voz, esa gruesa voz- Te volviste sorda o muda.

-Tal vez para ti, ambas.- No se digno a girar, y siguió arreglando el desastre que había dejado en su lugar de trabajo.

-Ocupa la varita Lu, es más rápido si solo haces un movimiento de muñeca y dices, "Frotego".-El lugar de Luna inmediatamente se limpió quedando tan impecable, hasta un poco más brilloso que al comenzar la clase. 

-Gracias, no tenías por que hacer una demostración, pero gracias. Algo más o simplemente venías a dar una explicación de encantamientos.

-Quería hablar contigo Lu, necesitamos hablar y terminar como personas civilizadas y no como neandertales.

-Si el punto es volver a terminar para que intentarlo. Ya terminamos, hace como un mes y dos semanas.

-Son tres semanas.

-Lo siento, la primera semana no la contabilizaba, ya que era una tonta ingenua que creía que podíamos volver.

Snape dio su típica cara y refregó con las manos esta.

-Solo quiero quedar como amigos, Lu , eres algo muy importante para mi.

-Buena elección de palabras, pero no quiero ser tú copia Quejicus.- tomo marcha y con esfuerzo camino rápidamente por su lado chocando, pero este le agarro el brazo.

-Así que tú también. Solo casi dos meses para que te conviertes en uno de ellos, serás una bravucona, ¿Qué pasó con esa Luna Le Blanc que no soportaba que ellos pasaran sobre los demás, qué ocurrió con esa chica justiciera? 

-Ahora fingirás que me conoces. ¿ Por qué no mejor me dices la verdad, cuanto tiempo me haz utilizado para tratar de olvidar a Lily? - sus ojos ya estaban completamente aguados,pero que se esperaba de una chica aún enamorada- No finjas Severus, mi mejor pasatiempo por estos dos años y sus meses fueron observarte, era conocer cada uno de tus secretos. Se que desde pequeño te interesan las artes oscuras, se que te llaman la atención la creación de hechizos propios y pociones, se que él hechizo de moda es de tu creación, se que eres mestizo, tú papá es muggle y lo odias, tú mamá es sangre pura de los Prince, se que crees en los ideales de Voldemort, se que eres amigo de Lucius Malfoy, se, también que Lily es tu mejor amiga desde antes de entrar a Hogwarts, se que viven cerca y que su hermana te odia desde la primera vez. Se que antes de hablarle a Lily ya te habías enamorado de ella, se todo eso por que una cosa que no me negaste jamas es tener tu mente totalmente abierta para mi. Confió en tu palabra, que soy a la única a quien te abriste tanto, tal vez hay pequeños detalles que no sepa de ti, pero Severus, por más que te ame, no tengo tanto amor como para compartir tus sentimientos con otra chica, que no sea de los dos. - él le soltó de poco el brazo hasta dejar su mano a un costado suyo.