Me siento en la mesa junto a Noa, la cual me dedica una sonrisa. Sus dos hermanos pequeños están ya durmiendo y sus padres están en la cocina buscando el postre.
—No sabía que Erika y tú os habíais separado—murmura
—Sí... No solemos hacer pública nuestra vida privada, ya sabes.
Asiente. Su mano reposa sobre su muslo y me dan ganas de entrelazarla con la mía, pero me contengo. Noa se da cuenta y pone su mano sobre la mía mientras esboza una media sonrisa. Sus dedos se cuelan entre los huecos que hay entre los míos. Me estremezco.
—Bueno, aquí está la tarta—Gabi deja un pastel sobre la mesa
—¿Qué celebramos?—Noa arruga la nariz
—Si no lo sabes tú, yo menos—susurro
—Pues... No celebramos nada especial—María sonríe—. Sólo que Antoine ha venido a cenar.
Alzo una ceja.
—¿De verdad?
Gabi se encoge de hombros. Noa aferra sus dedos a los míos y veo que mordisquea su labio inferior.
—¿Pasa algo, cariño?—María le pasa un mechón de pelo tras la oreja
Noa niega y suelta mi mano, se recoge el pelo hábilmente en un moño.
—En realidad celebramos... Que nuestra niña va a publicar su primer libro—Gabi ensancha su sonrisa
—¿Qué?—Noa abre la boca incrédula—¿Cuándo he escrito yo un libro?
—Encontré una de tus viejas libretas el otro día recogiendo tu cuarto—María le da la mano—. Me impresionó tanto que se lo enseñé a tu padre y él contactó con un par de editoriales. Una de ellas quiere publicarlo.
—¡No!—se levanta enfadada—¡No tenéis ningún derecho a hacer eso!
—Cariño...—Gabi trata de calmarla, pero ella sale enfadada al jardín
—Ahora a ver quién habla con ella—María se echó hacia atrás en la silla
—Voy yo—sonrío
—Pero...
—Sé lo que le pasa con lo que escribe, me lo contó esta mañana.
Gabi asiente. Me levanto y salgo al jardín, me dejo caer junto a Noa.
—Hola, chica muda—me mira y sonríe de lado
—¿Chica muda? Creí que ya hablaba contigo.
—Mhm... Pero me gusta el apodo. Es algo original.
Ríe y echa la cabeza hacia atrás.
—¿Te ha molestado lo de tus padres?
Me mira de reojo.
—Un poco. No me gusta que cojan mis cosas sin permiso, y menos algo que llevo prohibiéndoles desde que era bien pequeña.
Asiento.
—Entiendo que te moleste, yo odiaba que mi madre entrase en mi habitación cuando era niño y me cotilleara las cosas, encontró la primera carta de amor que escribí—sonrío nostálgico
—No te veo el tipo de chico que escriba cartas de amor—ríe
—Tenía trece años—ruedo los ojos y le doy un codazo—. Además aquí donde me ves doy todo un casanova.
—Claro, claro—ríe—. ¿Y qué pasó? Con lo de tu madre, digo.
—Cuando me fui a la Real la llamaba todos los días, ya no vivía con ellos si no con el que me descubrió en la frontera. En aquellos años añoraba que mi madre rebuscara en mi cuarto.

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Yo No Te Pido La Luna
FanfictionA Antoine Griezmann siempre le gustaron los misterios, y ella era un misterio que resolver. Cuando llevaba a su hija al parque, siempre la veía sentada en la hierba, con un cuaderno y un bolígrafo. Al principio pensó que dibujaba, pero luego se di...