Noa
—Bueno, Jace, vamos a cambiarte ese pañal...—murmuro colocándolo con dulzura sobre el cambiador
—Ya lo hago yo, cariño—Antoine acaricia mi cintura
Asiento y me siento en la cama. En unas horas nos darán el alta y podremos llevar a Jace a casa. Les he pedido a nuestros amigos y familia que hoy no se pasen por el hospital. Tanto el pequeño como yo necesitamos estar tranquilos.
Acomodo la almohada y me siento con la espalda apoyada en ella.—Muy bien, campeón... Ya estás limpito... ¿Vamos con mamá? ¿Sí?
Deja a Jace entre mis brazos y beso la frente del pequeño, que bosteza y cierra los ojos.
—Es igual que tú—sonrío
Antoine no dice nada, se sienta en el sofá y suspira.
—¿Crees que Mía se adaptará bien?
—¿A Jace?—asiente—Es una niña muy cariñosa, Antoine. Se adaptará de maravilla.
—Tengo miedo a dejarla de lado o...
Le doy la mano.
—Estamos juntos en esto. Tenemos que aprender y aprender juntos. Y Mía entra en ese juntos.
Sonríe y me besa.
(...)
—Bienvenido a casa, pequeño Jace...—Antoine lleva al pequeño en brazos y comienza a enseñarle la casa mientras yo dejo el abrigo y camino hasta la cocina para servirme un vaso de agua
—Lo he dejado en la cuna en nuestra habitación. ¿Quieres dormir un poco? ¿Te preparo un baño caliente?
—La idea del baño me parece bien.
—Bien, ahora mismo voy. ¿Quieres algo más?
Lo cojo por los hombros y lo hago mirarme.
—Antoine, deja de preocuparte tanto, estoy bien. No tienes que convertirte en mi criado. Aunque si quieres limpiar la casa...
Se ríe y me besa.
—Van a venir tus padres a cenar—anuncia
Asiento con la mirada puesta en sus ojos.
—Te quiero—me besa de nuevo y me saca una sonrisa—. Y ahora, si me disculpas, voy a prepararte el baño.
(...)
Me pongo un jersey de Antoine y unos leggings que me permiten moverme cómodamente.
He bañado a Jace y ahora está dormido encima de nuestra cama. Lo cojo con cuidado y lo bajo al piso de abajo, donde lo dejo en la pequeña cuna que tenemos en el comedor.
—Mamá va a poner la mesa. Tú aquí, tranquilito y durmiendo.
Pongo el mantel y comienzo con los cubiertos. Siento las manos tibias de Antoine subir por mis hombros hasta mi cuello, levantar mi pelo y besar mi nuca. Me provoca un escalofrío.
—¿Desde cuando me robas la ropa?
—Tu jersey es calentito... Y huele a ti.
Sonríe y exhala contra mi piel, haciendo que se me ponga de gallina.
—¿Sabes qué ganas tengo de que durmamos abrazados?
—Con tu hijo lo de dormir...
Sonríe y besa mi hombro.
Entre los dos acabamos de poner la mesa y nos dedicamos a observar los pequeños movimientos que hace Jace hasta que suena el timbre.Voy a abrir, y mis hermanos me abrazan.
—Enanos...—los estrecho entre mis brazos con fuerza y ellos me llenan de besos
—¿Dónde está Jace?
—Con Anto, en el comedor, pero no hagáis ruido que está dormido.
Asienten y van corriendo hacia allí. Mi padre me abraza con dulzura.
—¿Qué tal te encuentras?
—Cansada. Pero Antoine me ayuda en todo, así que puedo descansar cuando Jace no tiene que comer.
—No sabes cuánto nos alegramos por ti, cariño.
Sonrío y dejo que mi madre me abrace.
(...)
Jace comienza a llorar y me levanto de la mesa para cogerlo y tratar de calmarlo. Tiene hambre, le toca comer, así que subo a su habitación y me siento en la mecedora, que he descubierto que es un muy buen sitio para darle el pecho.
Antoine sube detrás y me recoge el pelo en un moño informal para que no me moleste. Sonrío y dejo que me bese, luego vuelve a bajar con mis padres.
Tarareo el himno del Atleti mientras observo como mi hijo come y sonrío. Hay un vínculo entre nosotros que sé que no se va a romper nunca.
(...)
—Buenos días...—beso a Antoine y él sonríe
—¿Jace sigue dormido?
—Afirmativo. Así que podemos desayunar tranquilos.
Asiente y me vuelve a besar.
—He hecho el desayuno.
—Bien, bien. ¿A qué hora entrenas hoy?
—Doce. No tendrás pensado venir, ¿no?
Niego.
—No siendo Jace tan pequeño. Me quedaré aquí. Vienen Carla, Ana y Paula a hacerme compañía.
—¿Y Jud?
—Tiene revisión.
—Bueno, espero que te lo pases bien con ellas. Hoy tengo que recoger a Mía.
—¿Después de tu entrenamiento?—asiente—Entonces habrá que preparar canalones.
Ambos reímos y continuamos desayunando tranquilos hasta que Jace llora.
(...)
—Dame a mi ahijado—Ana coge al pequeño con mimo mientras yo cojo a Diana, que me mira con los ojitos abiertos
—Como se parece a ti...—sonrío
—Lo sé. Y Jace a Antoine.
—Es su clon—río
Nos sentamos en los sofás y comenzamos a ponernos al día.
—En cuanto Diana cumpla un año nos ponemos a buscar otro—sonríe—. Isco quiere tres y bueno, vamos a tener tres. Dos cercanos de edad y otro más adelante.
—Que planificación... Yo no pienso nada más que en Jace.
—Hasta que Anto te haga otro bombo y tengas dos.
—Oh, venga ya.
—Anto quiere tres también, ¿eh?
—Bueno, si Mía cuenta...
Ambas reímos y observo como Jace abre los ojos y bosteza en brazos de su madrina.
—Al fin despiertas, Antoine pequeño...
Sonrío y dejo a Diana en su carrito para ir al baño. Cuando vuelvo, Jace está moviendo las manos y frunciendo el ceño de una manera muy tierna.
Cuando llegan Paula y Carla Jace sigue despierto, por lo que se dedican a cogerlo y darle mimos mientras yo juego con Marcos y Luciano. Los pequeños ríen y corren por el salón mientras sus madres miran embelesadas a Jace.
—Si es que ahora voy a tener que ponerme celosa por padre e hijo—río
—Nah, Antoine es todo tuyo—Ana hace un gesto mientras se acomoda para darle el pecho a Diana—. Pero a Jace igual te lo robamos.
Río y miro a mi pequeño, que comienza a moverse porque tiene hambre.
—Glotón como tu padre...—sonrío embobada mientras lo cojo
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Yo No Te Pido La Luna
FanficA Antoine Griezmann siempre le gustaron los misterios, y ella era un misterio que resolver. Cuando llevaba a su hija al parque, siempre la veía sentada en la hierba, con un cuaderno y un bolígrafo. Al principio pensó que dibujaba, pero luego se di...