—¡Petite!
Abro mis brazos y Mía corre hacia mí sonriente. Se abraza a mi y la levanto del suelo para estrecharla con cariño en mi abrazo.
—¡Api!
Ríe y me da un beso para luego apoyar su cabeza en mi cuello y sonreír.
Me despido de Erika con un gesto y ella me dedica una sonrisa para luego alejarse calle abajo.—¿Vamos a ver al Tío Gabi?—pregunto sonriente
—¡Gabi! ¡Gabi!
Sonrío y la acurruco entre mis brazos para colocarla en la sillita del coche y luego subirme en el asiento del conductor.
Me dirijo a casa del capitán mientras Mía canta a su manera las canciones infantiles que pongo en el móvil.Cuando llegamos llamo al timbre y me abre Noa con cara de recién despertada.
—Buenos días, preciosa—me inclino para darle un beso
—Buenos días...—susurra
—¿Qué tal has dormido?
—Bueno... Eché de menos estar abrazada a ti.
Sonrío y vuelvo a besarla.
—Hola, princesita...
Mía ríe y se echa a sus brazos. Sonrío embobado al ver cómo juega con ella.
—¿Pasas o te vas a quedar ahí fuera?
Entro y ella cierra.
—¿Estás sola?
—Mis padres han ido al pueblo con los niños por el día de reyes y yo he preferido quedarme. Tenía la sensación de que vendrías a verme—sonríe
Acaricio su mejilla y vuelvo a besarla. Mía reclama nuestra atención.
—¿Vamos a jugar, pequeña?—se lleva a mi hija a su habitación y yo las sigo con las manos en los bolsillos
Me apoyo en la pared y observo como juega con Mía sobre la cama, no puedo evitar grabarlas.
La pequeña me buscó después de un rato para sonreírme.—Api—me llama y estira sus brazos para que me siente con ellas
Esbozo una gran sonrisa cuando Mía se acurruca entre los brazos de Noa y se duerme después de jugar un poco con su pelo.
—Es un amor...—sonríe mi chica mientras la mira
—Tú también
Se encoge de hombros.
—¿Por qué lo dices?
—No sé, me haces feliz. Y tengo la bendita costumbre de pensar en ti cuando hablan de amor.
—Anto...
Me coge la mano y sonríe. Beso sus dedos.
—Y pase lo que pase seguirás siendo mi persona favorita en el mundo.
—Eres un cursi—se ríe sonrojada
Deja a Mía sobre el colchón y se acerca a mí para abrazarme y besarme.
—Te amo—susurra sobre mis labios y esboza una sonrisa
(...)
—¿Gabi?—susurro al coger el teléfono
—Anto, gracias al cielo, dime que estás con Noa.
Frunzo el ceño.
—No, la dejé en vuestra casa después de la cena de ayer porque hoy tenía que ir temprano a dejarle la niña a Er... ¿Ha pasado algo?
—No lo sé... Es una impresión mía. ¿Podrías ir a echar un vistazo?
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Yo No Te Pido La Luna
Fiksi PenggemarA Antoine Griezmann siempre le gustaron los misterios, y ella era un misterio que resolver. Cuando llevaba a su hija al parque, siempre la veía sentada en la hierba, con un cuaderno y un bolígrafo. Al principio pensó que dibujaba, pero luego se di...