Capitulo 37

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Capitulo 37

Narra Malú

No dije nada, me senté al lado de Vanesa, a mi otra vera Francisco, que hizo igual que yo, quedarse callado y sentarse sin más. Delante de mí, la madre de Vanesa. Seguía seria, fue la última en sentarse y por su puesto la primera en romper el silencio.

-¿Alguna recomendación? (Preguntó minutos después de leer las cartas)

-Uy, pero cosas modernas no eh... (Dijo el padre de Vanesa, le miré y le sonreí)

-El arroz está riquísimo. (Me sonrió)

-Pues listo. ¿Vino blanco? (Asentí cerrando la carta) Perfecto, (miró a Toñi y a Vanesa) nosotros estamos preparados.

Miré a Vanesa que me sonrió e instintivamente apreté su mano encima de la mesa para que se relajase, igual que lo estaba haciendo yo. El camarero llegó y pedimos, al final, arroz para todos, y un vino que acompañaría perfectamente.

-Cuéntanos Malú, (levanté la cabeza) algo de ti... que no sepamos vaya... (Me reí)

-Pues, no sé qué decirte Francisco... (Giré un poco mi cuerpo) Pregunta lo que quieras saber.

-¡Ay, chiquilla! Yo no soy nadie para preguntarte nada... (Sonreí de nuevo)

-¿Tus padres... (Miré hacia delante, me use algo seria) viven aquí en Madrid?

-Pues no... ellos están en Sevilla.

-¿Igual que tu hermano? (Asentí) ¿Tus amigos?

-¿Mis amigos?

-Mamá...

-Solo es una pregunta, hija.

Volví a coger la mano de Vanesa, noté como su madre quien estaba haciendo aquellas preguntas miró algo molesta, no le hice caso.

-Mis amigos están en Sevilla, y aquí en Madrid... Tampoco son muchos Toñi. En este mundo es complicado tener amigos reales, yo... (Miré a Vanesa) Tengo suerte de tener los que tengo, aunque sean pocos. (Mi chica me sonrió)

-Ya... (Volví a mirarla)

-Toñi... (Aparté mi mano de la de Vanesa) Puedes preguntar y quererse saber de mi lo que quieras.

-Malú... (Me advirtió Vanesa, la miré)

-¿Qué? Es normal... (Volví a mirar a su madre) Soy yo... Una cantante conocida en este país y parte del extranjero y que ahora de repente está con su niña... (Bajó su cabeza, continué) He sido un desastre en mi vida privada, no le voy a engañar. (Miré a su padre, que me oía con atención) Pero tampoco les engaño si les digo que quiero a Vanesa, que de verdad... me estoy enamorando de ella. (Su padre sonrió) Tienen una hija maravillosa, (sonreí, continuaba mirando a Francisco) aparte de ser una cantante y letrista increíble, es una persona mágica, me rio todo el rato con ella, siempre descubro algo nuevo de la vida, incluso, creo que... puedo decir que ella me enseña a vivir mi vida. (Miré a su madre) Y os quiere mucho... y os respeta mucho... (Miré a Vanesa, le sonreí, estaba emocionada) Yo no me perdonaría que por mí y por nuestra relación vosotros no...

-Malú... (Me llamó su padre y le miré) Adoro a mi hija, (sonreí) y... si ella es feliz, nosotros, (dijo mirando a su mujer) lo somos también. Te conozco poco chiquilla, (bajé mi cabeza) pero, es la primera vez que una pareja de mi hija me habla así de ella, (le miré) solo por eso, yo... yo voy a darte una oportunidad. (Sonreí) La tienes porque ella te la ha dado... y me da igual tu pasado, de verdad, (se acercó a mi) ahora lo que me va a importar es tu presente y el futuro que tengáis planeado vosotros juntas.

-Nosotros queremos lo mejor para nuestra hija. (Miré a Toñi, quien había hablado) Malú... si vosotras... si vosotras estáis juntas y felices. (Miró a su marido, observé de lado como asentía) Nosotros también.

La cena acabó siendo agradable, tuve la oportunidad de conocer mejor a sus padres, sobre todo a él. Vanesa tenía mucha suerte de tener un padre así. Era divertido, y se notaba que había vivido mucho. Me había contado alguna historia de sus trabajos, de la primera vez que le regaló una guitarra a Vanesa porque no paraba de pedirla. Se notaba el amor que se tenían, como hablaban entre ellos con simplemente una mirada. Era un señor con todas las letras, incluso se empeñó en pagar él la cuenta.

-No tenía que pagarlo todo usted... (Dije mientras andábamos por la calle separados de Vanesa y su madre, que ya estaban delante de nosotros)

-¡¡Chiquilla al final voy a cabrearme!! (Le miré) No me llames de usted. (Sonreí) Eres la pareja de mi hija, por lo tanto... (Me sonrió) yo soy tu suegro. (Me sonrojé) Aunque, por el momento puedes llamarme Francisco. (Me reí)

-Está bien. (Asentí) Oye... Me alegra que, al final, todo esto haya salido bien...

-Malú yo no voy a engañarte... cuando me enteré me chocó un poco. Pero, (frenó y me miró) ¿Has visto como le brillan los ojos a Vanesa cuando te mira? (Me sonrojé de nuevo, mientras él se ponía a mi lado para continuar caminando) Con eso yo... ni mi mujer podemos luchar. El amor Malú... el amor no se explica.








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Y la historia continua y parece que los padres de Vanesa empiezan a entender su amor...

Dentor de unos días más, siempre más.

¡¡Gracias por leer!!

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