❝Estoy pensando que deberiamos dirigirnos a un lugar que no conocemos.
A un lugar donde nadie nos ha visto antes, solo tú y yo.❞
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➳ Capítulos cortos.
«ADVERTENCIA: Contiene escenas de violencia, sexo y lenguaje explícito.»
Linda portada por: Erbluh...
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❝ Castigó ❞
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— No lo puedo creer.— murmuró.
Lo había recordado, su tío Harry solía llevarla a su grandísima mansión cuando era pequeña, le gustaba pasar el día entero en su jardín ya que era extenso y muy hermoso. Pero en ocasiones lo visitaban varios amigos suyos, en una de esas conoció a Riko, esté al ver a la pequeña quedó cautivado con su belleza, pureza y larga cabellera roja, por ello con más frecuencia iba a visitar a su amigo Harry, solo para ver a su pequeña Jessie. Así fue como ella misma le dijo que le comenzará a llamar, y él gustoso.
Hasta que nunca más la volvió a ver en la mansión, él entró en una especie de depresión por ello, sin saber que la razón era que sus padres se habían divorciado y su madre se había quedado con la patria potestad de la niña, así que no volvió a tener contacto con la familia de su padre.
— Es bueno saber que por fin me recuerdas.— hablo con una sonrisa.
Las lágrimas comenzaron a caer, no podía describir como se sentía, simplemente tenía ganas de llorar.
— Y-Yo solo... Quería ayudar a Ash... ¡Solo eso!— su llanto aumento.
— ¿Aún sabiendo que es un acosar? ¿Un delincuente?— pregunto el mafioso.
— Cállate.— susurro.
Las carcajadas de Riko inundaron la habitación, haciendo enojar a la pelirroja.
— Parece que Jessie aún no quiere aceptar la verdad.— dijo en tono de burla.— Pero no te preocupes, muy pronto te reencontraras con él, solo que... Mis subordinados se encargaron de darle un pequeño castigo, ¿Sí o no, muchachos?
Los demás hombres en la habitación se rieron ante las palabras de su jefe, causándole un escalofrío a la joven, algo estaba mal en esto.
— ¿Cómo que un pequeño castigo?— pregunto la pelirroja aún con lágrimas en los ojos.
— Tú sabes, primero unos buenos golpes pero pareciera que no le dolía en lo más mínimo, así que Maximus — apunto al hombre que me había traído cargando— se encargó de domar al pequeño lince.
— Fue todo un placer, jefe.— comento con una sonrisa, para después soltar un gemido causando la risa de sus compañeros.
Fue cuando se dio cuenta de lo que le habían hecho al rubio, su llanto aumento descontroladamente, mientras que todos hombres de la habitación incluyendo a Riko se reían por la lamentable situacion de Ash Lynx.
