LURK 【Banana Fish】

¦ EXTRA II ¦

❝ Felicidad ❞

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— ¡Eres un grandísimo idiota!— comenzó a golpearlo en el pecho mientras las lágrimas caían por sus mejillas— ¿Tienes idea de lo preocupada que estaba por ti?

— Tranquila nena— trato de evitar sus golpes con las manos pero se sentía muy débil así que fue en vano—. No fue para tanto.

Comento cómo si no fuera tan importante él que casi estuviera al borde de la muerte por la hemorragia que sufrió a causa de las balas. Haciendo que la pelirroja se enojara aún más con él.

— ¿Qué no fue para tanto?— paro de golpearlo y lo miro con mucha furia en sus ojos— ¡Pudiste haber muerto, Ash!

— Esto es una pelea entre novios, así que lo ideas sería que no me metiera— hablo Shorter consigo mismo en voz baja, con algo de incomodidad mientras se acomodaba los lentes de sol—. ¡Hasta luego Ash, espero que te mejores!

Esas fueron sus últimas palabras antes de salir de la habitación. Encontrándose con la mayoría de los miembros de la pandilla de Ash que habían ido a su auxilio cuando se enfrentó a los Golzine, resultando algo sorprendidos al encontrarlos a ambos sin vida en el suelo. Pero para su mala suerte también a su jefe malherido casi en sus últimos minutos, o al menos eso parecía.

Ash Lynx sería reconocido como el mejor pandillero de todo Nueva York por haber acabado con la Mafia Golzine. Aún que su puntería era casi perfecto logro darle a Riko en el corazón muriendo al instante mientras que a Dino logro darle en un pulmón y para la hora de que sus demás subordinados llegarán a ayudarlo era demasiado tarde para él. Pero no todo era miel sobre hojuelas, había recibido dos disparos; uno en la pierna izquierda y otro cerca del hombro. Además de las heridas que tenía, si no fuera porque los miembros de su pandilla aparecieron rápido él también se hubiera encontrado sin vida en la mansión Golzine.

Ahora el rubio se encontraba en un hospital clandestino en el barrio chino, recuperándose de la paliza que había recibido hace unos pocos días, hasta que llegó Jessica al hospital gracias al pelimorado para encontrarse con Ash, que al momento de verlo en aquella camilla bastante herido sus lágrimas cayeron, y aún que estaba muy feliz de verlo vivo, no podía felicitarlo por lo que hizo.

— Prometí que regresaría a tu lado— el rubio tomo sus manos con suavidad y los entrelazó con las suyas—. ¿Lo recuerdas?

— Si— sus lágrimas seguían cayendo así que se las quitaba de las mejillas con ayuda de su sudadera pero sin soltar sus manos—. Lo recuerdo.

Con mucho cuidado tomo la cintura de la joven y la sentó en la camilla a un lado de él, acercando su cabeza a su pecho y rodeándola con sus brazos, dándole un pequeño beso en una esquina de la frente.

— Te amo Ash.

Al escuchar su confesión pensó que era una broma, pero después de ver su rostro con una mirada sincera supo que estaba diciendo la verdad. Una sonrisa se dibujó en su rostro, y sin importar que sucediera en el resto del día, su felicidad no se podría acabar. Se estaba sintiendo el hombre más feliz del mundo.

— Yo también te amo nena— la acurrucó aún en su pecho mientras que le daba pequeñas caricias en el cabello—. Mucho, en verdad mucho.

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