Capítulo 11

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Llegamos a la puerta de embarque media hora antes de lo que debíamos.

Cuando llegamos a ocupar nuestros asientos alrededor de la puerta del embarque empezaron a llenarse, Christopher dijo:

-Voy por unas galletas antes de que embarquemos ¿Quieres algo?

-Sí, un agua – contesté

Ladeó su hacia mí.

-¿Enserio con un agua te llenaras? – Preguntó Chris – quisiera preguntar más pero muero de hambre. Enseguida vuelvo.

Como a los veinte minutos Christopher no había aparecido, pregunté a una empleada del aeropuerto si lo había visto, me dijo que no. Y a medida que pasaba los minutos sentía que algo había pasado, pero justo cuando voltee a ver si venia, vi a una mujer detrás del mostrador anunció que iba a empezar a embarcar a las personas que necesitaban un poco más de tiempo y todo el mundo giró directamente hacia mí, vi a Chris cojeando a toda prisa hacia nosotras con una bolsa de McDonald's en una mano y la mochila colgando del hombro.

-¿Qué te paso? ¿Dónde estabas? – le pregunté

-Me tropecé con un fierro, no me fije y había una fila larga en la tienda. Lo siento – me contestó tendiéndome una mano.

Cogí su mano y nos dirigimos juntos al embarque.

Sentía que todo el mundo nos miraba y se preguntaban quién era yo, que hacia al lado de él, pensaba que si tenía algo con Chris esto tenía que hacerse costumbre, todo los medios, la gente queriendo fotos, autógrafos, en fin miles de cosas.

Christopher se sentó en el asiento de la ventana y yo al costado de él. Me sentía un poco nerviosa por el vuelo. Voltió a sacar la bolsa y desenvolvió su hamburguesa.

Los pasajeros empezaban a entrar al avión. Solo quería dormir un poco antes de llegar a Tampa, pero vi a Chris entusiasmado mirando por la ventana todo. No pude evitar inclinarme hacia él y besarlo en la mejilla. Él solo me tomó de la mano y sonrió.

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Las últimas horas Chris tuvo la brillante idea de dormir, para que después de aterrizar, lleguemos a recorrer la cuidad. Tomé mi almohada, él la suya, nos quedamos mirándonos frente a frente y me dijo:

-Estoy enamorado de ti, y no me parece privarme del sencillo placer de decirte la verdad.

-Christopher – dije

No sabía que decir. Sentía como si todo en mí se elevara, como si me ahogara en una alegría extrañamente dolorosa, pero no pude decirle que yo también estaba enamorada de él. No pude responderle nada. Simplemente lo miré y dejé que me mirará hasta que sacudió la cabeza, con los labios fruncidos, se giró y se apoyó contra la ventana. Creo que Christopher se debió quedar dormido. Al final yo también me quede dormida y me desperté con el ruido del motor aterrizando.

Miré a Christopher que estaba con los ojos fijos en la ventana, y mientras descendíamos por debajo de las nubes, me estiré para ver Tampa por la ventana. La tierra parecía hundida en el mar, con pequeños rectángulos verdes rodeados por todas partes de canales. De hecho aterrizamos en paralelo a un canal, como si hubiera dos pistas.

Recogimos nuestras maletas, pasamos por la aduana y nos metimos al taxi.

-Al hotel La Quinta – dijo Chris

-¿Eres el chico de Cnco? – preguntó el taxista

-Si – contestó

-Mi hija es fanática de tu grupo, ¿podrías firmarme esta hoja?

Tropiezo en el amorWhere stories live. Discover now