Tropiezo en el amor

Capítulo 10

Me desperté temprano, mis padres estaban alistando sus maletas, me acerqué y los saludé.

-Buenos días – dije en voz baja

-Buenos días mi niña, siéntate a desayunar. – dijo mi madre con una sonrisa

Me senté en la mesa, los miré y mi padre preguntó:

-¿Pensaste bien las cosas? 

- Sí - contesté

-¿Y entonces que decidiste? – preguntó

-Iré a California, pero... la otra semana, tengo que arreglar unas cosas aquí.- contesté seria.

Se acercaron a mí y me abrazaron. Mi padre subió a ver unas cosas que le faltaban, mi madre se sentó conmigo y me dijo:

-¿Todo esto lo haces por Chris verdad?

Asentí mi cabeza.

-Quiero dejar las cosas bien. - contesté

-Te entiendo mi niña – me dijo

Me abrazó, me dio un beso en la frente, se inclinó hacia mi oreja y me dijo: "Tú decides si se acaba o continuas, nadie puede forzar en cuestiones del amor hija".

-Gracias por entenderme mamá.

A las horas, llegó Christopher iba a acompañarme a despedir a mis padres al aeropuerto.

-Hola Camila.- me dijo Chris

-Hola – repetí

-¿Puedo pasar?- preguntó

-Sí, claro

Pasó a la sala, saludó a mis padres y ayudó a llevar las cosas a la maletera del carro. En todo el camino rumbo a aeropuerto no conversé con Chris, solo fueron miradas y unas cuantas cosas que le dijeron mis padres a Chris.

Llegamos al aeropuerto, subieron el equipaje a sala de embargue. A las pocas horas me despedí de mis padres. Mi madre me dijo: "Has lo correcto", dio un beso en la mejilla, la mire y solo me eche a abrazarla. Y se fueron.

Salimos del aeropuerto, tomamos un taxi, en el trayecto para ir al restaurante, Chris solo me miraba como si tuviera algo en mi cara y solo me reí.

-Ya vez que intentar mantener distancia conmigo no va a cambiar mis sentimientos hacia ti. – me dijo

-Lo imagino- contesté

-Todos tus esfuerzos por alejarme de ti fracasaran

-¿Por qué? ¿Por qué aun así te gustaría? ¿No has tenido ya bastante?- le pregunté.

Chris no me contestó. Se inclinó hacia mí y me abrazó.

-Bajemos, ya llegamos – me dijo

Entramos a un restaurante y nos sentamos frente a frente.

-Sabe, lo que me gusta de ti. ¿Eres consciente de lo difícil que es conocer a una chica que tenga la capacidad de hacer reír a un hombre con solo ver su sonrisa?... Estás tan ocupada siendo tú que no tienes ni idea de lo absolutamente original que eres.

Respiré hondo. Nunca había me sentí tan nerviosa con tan pocas palabras, pero era especial el momento.

Almorzamos juntos, riéndonos frente a frente, era nuestro momento. Al final salimos del restaurante rumbo a mi casa hasta que se oscureció.

Decidimos ir a ver un poco de tele, pero no encontramos nada que nos interesara, así que comenzamos a hablar. Mientras lo miraba, sentía que me enamoraba de él como cuando sientes que estás quedándote dormida: Primero lentamente y de repente de golpe.

+++

Una hora después, decidimos jugar un poco, Christopher me preguntó si quería viajar con él a Tampa unos días antes de que comenzará la gira, lo miré y acepté la invitación. Sentí que esta semana podría ser la última para nosotros, mis sentimientos hacia él estaban intactos.

Estábamos sentados en el sofá y se levantó para marcharse, pero se sentó de nuevo y me besó rápidamente en la mejilla.

-¡Christopher! – exclamé

-Es solo un beso de amigos - me contestó

Volvió a levantarse y esta vez se quedó de pie. Luego dio unos pasos y me lanzó una mirada y yo solo reí.

Me fui a la cama, me sentía tranquila después de tanto tiempo.

Dormí muchas horas, quizás por el efecto de los medicamentos, pero eso hacía que me recuperará más rápido.

+++

Llegó el día del viaje, suelo llevar pocas cosas o solo lo indispensable a cada viaje que iba, pero en esta ocasión eran especiales.

Christopher me mandó un mensaje diciendo: "Tampa allá vamos" se la pasó todo la mañana escribiéndome, nosotros salíamos a las seis de la tarde.

A las horas llega Christopher a recogerme sonriente y arrastrando una maleta con ruedas. Llevaba una camisa estrecha de color azul cielo y unos jeans negros. Salí a saludarlo y me dijo con el tono seguro, al que yo estaba acostumbrada.

-¡Próxima parada, Tampa! – comentó

Pero no fue así, claro. La siguiente parada fue el parking del aeropuerto, desde donde un autobús nos llevó a la terminal, y luego un coche eléctrico descapotable nos condujo a la fila del control. El tipo de seguridad gritaba que mejor nuestros equipajes no hubiera explosivos, ni armas de fuego.

Pasamos por los detectores de metales y todo lo requerido en el lugar. Me sentía un poco mal, pero sabía que era por la medicina que hacia efecto después de unas horas.

-¿Estás bien? – preguntó

-No pasa nada – contesté

-¡Tampa! – gritó

Sonreí

-Tampa – respondí

Alargó sus manos hacia mí y nos fuimos al avión.