Capítulo 17

23 5 0
                                    

Mientras caminaba, rogaba que Christopher no despertara, porque sabía que vendría a darme el alcance. No tenía valor para mirarlo ni decirle nada. Cuando entre al avión comencé a recordar todo los hermosos momentos que pase con él, mis lágrimas caían por mis mejillas, estaba sentada al costado de la ventana. A lo lejos se escuchó la voz del capitán del avión que decía que ya íbamos a despegar.

+++

Por el otro lado Christopher se despertó en la madrugada, pensó que estaba en la bañera, pero no era así.

-¿Camila?- preguntó en voz alta

Pero como no contestaba, entró al baño por las dudas y no me encontró. Salió del baño nervioso, giró hacia el escritorio y vio que había una carta que decía:

Para Christopher:

Después que leas esta carta yo me habré ido de Miami, sé que debí habértelo dicho antes... Pero es que cuando te tengo delante de mí se me hace un nudo en la garganta y mis palabras juegan a esconderse.

Lo cierto es que no me arrepiento de nada de lo que hemos hecho hasta ahora y de nada de lo que te he dicho. Pues contigo he vivido momentos únicos, he sentido cosas extraordinarias y hemos hecho juntos cosas irrepetibles. Nunca nadie me había amado de forma más sincera como tú. Nunca nadie me había enseñado el amor de una manera diferente.

No había día en el que no he agradecido el poder encontrarte en mi camino y conocerte. Porque aunque ya no seamos los mismos, eres la persona más importante que he conocido, él más sincero y auténtico.

Aunque esta sea una carta de despedida, yo no lo considero así, porque no quiero hacerlo y porque creo que decirte adiós para mí es algo imposible. Seguirás ahí, aquí dentro y de otras formas, porque cuando conoces a alguien y te deja entrar en su vida, a pesar de todo, es imposible borrar el rastro.

Te quiero infinitamente Christopher.

Atte. Camila.

Se paró rápidamente, mientras se le caían las lágrimas por las mejillas, se cambió y salió de la habitación. En el trayecto que Christopher salía del hotel sin saber porque me había ido, tomó un taxi y se dirigió al aeropuerto.

A los minutos Christopher llegó al aeropuerto, cuando giro por la baranda del ascensor se chocó con Zabdiel que llegaba a darle el encuentro a Renato.

-Hey Chris, ¿Qué te pasa? ¿Por qué estas así? – preguntó Zabdiel agarrándolo fuerte del brazo.

-Tengo que ir a detener ese avión, ella no se puede ir! – exclamo con lágrimas en los ojos.

-¿A dónde se fue? – dice asustado

Se quedó callado. Zabdiel vio que en la mano de Chris había un papel, se lo quito y comenzó a leerlo.

-No debo dejar que se vaya, no puedo Zabdiel.

Lo miró preocupado.

-En este estado no puedes ir solo, te acompaño. – dijo

Se dirigieron hacia una señorita para que le dieran lo datos si ya había salido. La señorita le dijo que el avión ya había despegado hace una hora. Christopher con sus manos se tocó el rostro, camino uno pasos hasta un muro y se sentó en el piso.

Zabdiel lo miro, se sentó a su lado y le dijo:

-¿Cómo paso todo esto?

-No tengo idea, estábamos muy bien juntos – dijo con voz entrecortada – pasamos la mejor velada, le dije que sea mi novia y cuando me desperté ya no estaba, solo la carta en la que me decía que se iba.

-Ella seguro tuvo un motivo por el que se fue, tranquilo hermano. – dijo dándole una palmada en su espalda. Vamos al hotel para que descanses.

Lo miró y se levantó.

+++

Al día siguiente llegué a California, no había dormida nada pensando en todo lo ocurrido, baje del avión y me dirigí a recoger mis maletas.

Cuando salí vi a mis padres esperándome en la zona de recogida de equipaje, entre los choferes de limosinas uniformados y con carteles en los que estaban impresos los nombres de los que venían a recoger. Mis padres también llevaban un cartel: "Mi niña adorada".

Abracé a mi madre y empezó a llorar (por supuesto) y me dijo: "Sé que fue difícil, pero estarás bien acá". Nos subimos al auto y mi padre me dijo como me había ido. Asentí mi cabeza y le dijo que estaba bien, mi madre se dio cuenta que no era así.

Cuando llegué a casa, subí mis maletas y cuando entre a mi habitación vi que todo estaba como lo había dejado. Cerré mi puerta, tiré mis llaves y me eché en mi cama, sentía que ya no tenía sentido muchas cosas.

Mi madre entró, se sentó al lado mío y me dijo:

-¿Lo amas?

La miré y me levanté.

-Más de lo que te imaginas – dije con los ojos llorosos.

-Sabes, a veces tenemos que dar un paso al costado por alguien a que amamos, sé que Christopher se convirtió en alguien especial para ti, les dolerá al principio pero la vida continúa y si él realmente te ama entenderá tus motivos.

Se acercó y me abrazo diciéndome que me quería.

Tropiezo en el amorWhere stories live. Discover now