Capítulo 14

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Al día siguiente, era nuestro último día en Tampa, nos despertamos tarde, nos bañamos y nos vestimos. Salimos a recorrer la media manzana del hotel, donde nos encontramos una cafetería cerca del museo nacional del cine. Mientras nos tomábamos un café, nos sentamos a la sombra de un enorme castaño y conversamos un poco.

-Gracias – le dije

-¿Por qué agradeces? – preguntó

Lo miré y baje mi mirada.

-Te quiero  - me dijo tomándome de la mano

Sonreí.

Al rato, salimos de la cafetería. Chris señalo la plaza que entrecruzaba la calle. Nos dirigimos hacia la plaza, me tomo de la mano y me sonrió.

-Bonito ¿verdad?- preguntó

- Sí – contesté

Cientos de personas pasaban ante nosotros corriendo, en bicicleta y en patines. Tampa era una ciudad diseñada para el movimiento y la actividad, una ciudad que prefería no viajar en coche, y por eso me sentí inevitablemente excluida por el momento. Pero era bonito. Un riachuelo se abría camino alrededor de un árbol inmenso, y una garza, inmóvil junto a la orilla entre millones de pétalos de olmo que flotaban en el agua.

Pero Christopher no los veía. Estaba demasiado ocupado observando a las personas patinar. Lo mire y le dije:

-Anda a patinar, no pierdes nada.

-No creo que deba – respondió con una sonrisa medio triste

Christopher después del accidente el doctor le dijo que era recomendable que por un tiempo dejara de patinar y trate de no hacer esfuerzo. Por eso le dieron las vacaciones, pero con los meses, no quiso volver a patinar, le dolió mucho.

-Deberíamos ir al hotel - dijo

-¿Tenemos tiempo? – pregunté

-Sí, supongo ¿Por qué?

Me paré, tomé su mano y nos dirigimos hacia donde estaban los chicos en que estaban montando en skate.

-Hola, disculpen – dije fuerte

-¿Sí? – contestó uno de ellos

-¿Podrías prestarme tu skate? – pregunté

Se miraron entre ellos, y me prestó su skate. Me dirigí hacia Christopher y le dije:

-Toma, ya es tiempo de perder ese miedo absurdo.

-No puedo Camila.

-Si puedes, solo ten confianza – le dije – tú amas esto y no dejaré que lo abandones.

Me miro, y me dio un beso en la frente.

-Está bien, lo haré – me dijo

Respiró profundo, y comenzó a montar.

Sentí que por primera vez que Christopher se sentía completo consigo mismo, después del accidente. Que  este viaje, nos hizo bien a los dos. Pero aun sentía que no era el momento de decirle la verdad, él estaba en feliz era su momento y no quería arruinarlo.

+++

Paso una hora después, Christopher venia corriendo todo sudado, pero feliz. Agradecimos a los chicos de la plaza, tomo mi mano y nos dirigimos al hotel. Nos paramos un momento frente al hotel y le pregunté:

-¿Cómo estuvo?

-Me sentí libre de nuevo – respondió

Me miró y me dio un beso.

-No hay nada que agradecer, solo era cuestión de quitarte el miedo. – le dije.

-¿Y si te quito algo? – pregunto todo pícaro.

-Abusas de la confianza ehh!! – respondí riéndome.

Tomó mi mano, y cruzamos la calle.

El botones del hotel nos abrió la puerta, pasamos por recepción para que nos dieran las llaves y nos dirigimos a la habitación.

-Iré a bañarme - me dijo

-Está bien.

En el transcurso que Christopher estuvo bañándose, tome mi computadora y me senté junto a la ventana, revisé mis correos y encontré el mensaje de mi madre. Revise el boleto por internet para ver a qué hora salía el vuelo, mientras revisaba el documento Christopher salió del baño. Alcé mi rostro y cerré la computadora.

-¿Estas bien? – preguntó

Sí, todo bien. – respondí

Me levanté de la silla, deje la computadora y lo miraba mientras se estaba secando el cabello.

-¿Que miras tanto Camila? – me preguntó riéndose

-Lo guapo que eres – respondí

Dejo la toalla con la que se secaba su cabello y se me acercó. Tomó mi mano, me miró a los ojos, me alzó mientras me besaba y me llevó a la cama. Se puso encima de mí.

-Me enloqueces – dijo en susurrándome al oído

Toque su cara, lo miré y lo besé...

Cada beso, cada acto, cada palabra que él me decía me hacía sentir que todo lo que pasamos ocurrió se esfumara...

Tropiezo en el amorWhere stories live. Discover now