Inuyasha y Kagome ¿Jugamos?

6- ¿Confesión?

- Ya se me olvidaba- Inuyasha enciende la luz y le escucho moverse. Tapo mi cara con las sábanas para que no me vea-. Será mejor que te venda el pie para que mañana estés mejor.

- No hace falta.- Intento que mi voz suene segura, pero no lo consigo.

- ¿Qué pasa?- pregunta acusador.

- Nada, ¿por qué?

- Date la vuelta.

- Estoy bien así.

- Kagome- dice en tono de advertencia. Le ignoro.

No me da tiempo a reaccionar, cuando tira de mi brazo y me sitúa debajo suyo. Su cara se transforma al ver los restos de lágrimas que aún no he podido secar. Forcejeo para soltarme pero él, sin mucho esfuerzo, agarra mis muñecas y las coloca encima de mi cabeza.

- ¡Suéltame!

- Kagome...

- Déjame por favor. No es nada, sólo es que... Soy una tonta.

- Kagome.

- No me duele nada, estoy bien, en serio.

- Kag.

- Suelta.

- Dios...- Y me besa.

Cierro los ojos, paralizada. Tal y como la primera vez, los nervios pueden conmigo. Sus labios parecen encajar perfectamente con los míos. Me gusta. Sus besos son muy suaves. Notando mi reacción, suelta mis manos. Pasa un brazo por mi cintura y se pega aún más a mí. Gimo contra su boca al tocarme la zona lastimada. En eso, aprovecha para comenzar una danza con mi lengua. Creo que ha confundido el significado de ese sonido.

- Inu...- susurro cuando se separa un poco. Mantiene los ojos cerrados.

- Abrázame.

- Inuya...

No puedo terminar de pronunciar su nombre, pues ya ha tapado mi boca con la suya. Posa una mano en la curva de mi cuello y me dejo llevar. Dejo que mis párpados se cierren y le correspondo con mi poca experiencia. Nos pasamos segundos, puede que minutos, entregando nuestras almas en un sencillo beso. Me siento muy bien así con él. Hasta que vuelve a rozar ese lugar tan señalado para mí. Una punzada de dolor se expande por todo mi cuerpo y, sin querer, le muerdo. Por suerte, se aparta de ahí.

- ¡Lo siento!

- No pasa nada.

- Es que...

- Tranquila- murmura. Junta nuestras frentes y suspira con una sonrisa-. ¿Qué me estás haciendo?

- Inu... Yo...

- Me gusta que me llames así.- No puedo evitar sonrojarme. Pero, de pronto, choco con la realidad. Esto no puede ser tan bueno sin nada a cambio.

- Inuyasha.

- Dime- responde volviendo a su sitio de antes, a mi lado.

- ¿Acaso estás jugando conmigo? ¿Esto es una de tus famosas apuestas con Miroku?

- ¿De qué estás hablando?

- Primero me dices cosas para que me aleje de ti. Después, me tratas bien. Luego, casi nos besamos en la piscina y me dices que no puede volver a pasar. Y ahora llevamos su tiempo haciéndolo. ¿Qué es todo esto? No sé a qué juegas, pero dímelo. Porque si es una broma, no me gusta nada.

- No es ninguna broma- dice exasperado pasándose una mano por el pelo-. Es cierto lo que te digo, debes alejarte de mí.

- ¡¿Por qué?!- exlamo sentándome en el colchón. Él hace lo mismo.