16. Nadie se mete con los Thompson.

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Vimos como Travis se sentaba enojado en nuestra mesa.

— ¿Que sucede? —Preguntó Adam, un chico del equipo.

— El profesor Wallas me puso un 8 —Hablo enojado.— solo porque según el mi trabajo no cumplió sus expectativas.

— ¿El proyecto de las células de la ranas y su clonación? —Preguntó Trent.

— Si, fue mejor que el de Holly Graham con su patético volcán de bicarbonato —Hablo frustrado.

— Bueno, a mí nunca me cayo bien el profesor Wallas —Comenzó a hablar Tobías.— podemos darle una pequeña broma al estilo Thompson.

— Oh, si —Hablo Tyler.

— Me está gustando hacia dónde va esto —Dijo Tate.

— Chicos no tienen que hacerlo —Dijo Travis.

— Nadie hace enojar a mi hermano más que yo —Dijo Taylor.

Sonreí ante mis hermanos. 

— ¿Que haremos? —Pregunté.

— ¿Haremos? Aquí ya me huele a manada —Dijo Tyler. Lo golpee en la nuca.— es broma hermanita.

— Bueno, tu proyecto fue de ranas ¿no? —Pregunto Tobías.— puede que su auto se llene de unas cuantas.

— Sabrán que tuve que ver —Dijo Travis.

— Por so tendrás una buena coartada hermano, como tú hora de estudio en la biblioteca frente a la señora Anderson —Hablo Tyler.

— Me gusta —Sonrió Travis.

Hay algo que los Thompson somos bueno; comer, ver el football americano y las bromas.

El timbre sonó pero nosotros nos quedamos a excepción de Travis quien fue a la biblioteca.

— ¿De dónde sacamos ranas? —Pregunté.

— Hermanita, eso déjamelo a mí —Sonrió Tyler marcando un número en su teléfono y levantándose.

— Si no mal recuerdo el profesor Wallas sale a las dentro de una hora  —Dijo Tay viendo la hora.— así que debemos apurarnos.

— Listo —Sonrió Tyler.— Phill traerá unas decenas de ranas y sapos en unos 20 minutos.

— ¿Phill? —Pregunté.

— Un buen contacto. —Dice.

— Necesitamos una distracción. ¿Taylor? —Preguntó Tobías.

— Ben, el chico de el club de mecatronica me debe un favor —Dijo. — creo que haremos que Ben valla a preguntarle unas cosas al profesor.

— ¿Como meterán las ranas en el auto? —Pregunté.

— Es un jeta, fácil de abrir —Dice Tate.

— Bien, Francesca te puedes ir —Hablo Tobías.

— ¿Que? ¿Porque? —Hable.

— Porque no queremos que te castiguen por esto —Hablo Trent.

— Pero quiero ser parte de esto, chicos —Mire con la mejor cara de cachorro que pude.

— ¡Alguien pónganle algo en la cara! —Gritó Tate.

— ¡Bien! —Dijo Tobías.— pero si nos castigan no te quejaras.

Asentí contenta y salimos de la cafetería. Todos estaban en su salones, los pasillos estaban vacíos.

Los Hermanos T©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora