Uno 

343 15 6
                                    

-¿Sabes lo que nunca he probado? –preguntó casualmente Izzy mirando el helado el vainilla mientras lo rodaba entre sus dedos.

-¿Qué?

-Esto –la rubia cogió lo poco que le quedaba del cono y se lo restregó por la mejilla a su amiga.

La cara de Leah era de concurso, y Zoe no perdió la oportunidad de echarle una foto antes de que a su amiga se le fuese la pinza y empezase a perseguir a la causante del desastre en su cara.

-¡ISABELLE SWART! ¡TE HAS METIDO EN UN BUEN LÍO, SEÑORITA!

Ambas, Zoe e Izzy, rieron ante el tono de Leah. Pero no hubo tiempo de carcajadas, pues le faltó tiempo a la perjudicada para tirarse en busca de venganza a por la rubia.

Así empezó la persecución entre las dos chicas; Leah, en cuñas de por lo menos 15 centímetros de alto, corría por todos lados en busca y captura de su amiga Izzy, que reía como una demente mientras escapaba de sus garras. Mientras, Zoe lo grababa todo pensando en qué pasaría si al final del día lo subía a una red social, tal como YouTube.

-¡A la mierda! -exclamó Leah mientras, harta de todo, se quitaba los zapatos.

La sonrisa de Izzy se borró de su rostro completamente, mientras que en el de la otra amiga, se formaba una maligna. Y por supuesto, sin nada que le ralentizase, Leah cogió en un abrir y cerrar de ojos a Izzy en un perfecto placaje.

-¿Ahora qué, eh listilla? -dijo Leah, intentando amordazarla al suelo y que no se moviese.

-Si te soy sincera, no esperaba que me cogieses.

Izzy jadeaba por el esfuerzo, y no tenía fuerzas ni para intentar quitar a su amiga de encima.

-¿Sabes lo que nunca he probado?

-Creo que no quiero saberlo -contestó Izzy, antes de que a la mayor se le ocurriese algo ingenioso que hacerle en venganza.

-¡Chicas! La madre que os parió, ¿cómo cojones podéis correr tan rápido? -Zoe llegó como si fuera el final de la mayor maratón del mundo.

-Oye, si vas a vomitar los pulmones, por favor aléjate. No vaya a ser que me manches de sangre la ropa, ya tengo bastante con el helado.

-Qué amable, estoy bien, gracias -respondió Zoe sarcásticamente, aún jadeando fuertemente.- Agua, necesito agua.

-Si, creo que yo también. Y no ayuda que estés encima, Leah. Empiezo a tener problemas para respirar.

-Oh, perdóname, su majestad.

Y, para sorpresa de ambas, se levantó sin rechistar. O eso pensaban, porque no tardaron en notar como agua fría caía encima de ellas, dejándolas en completa estupefacción. O no tanta. Señores, estamos hablando de Leah Pevensie. Solo había que conocerla un poco para saber de lo que era capaz.

-Creo que es la primera vez que me alegro de haber arruinado mis zapatos favoritos para usarlos como cubos. Me debéis unos nuevos, ya sabéis, para compensar.

-Ya quisieras -farfulló Zoe mirándose la ropa, y le enseñó el dedo del medio.

Zoe Heaven no era precisamente un cielo*. Era rebelde, malhablada y hacía lo que quería porque odiaba que le dijeran 'qué era apropiado y qué no'. Los pares de tatuajes, el piercing en la nariz y los ojos pintados siempre de negro hacían que cualquiera se intimidase. Era adicta a las fiestas, a pasar de todo y a dejar en ridículo a gilipollas, todo sea dicho.

-Joder, qué asco. Me ha entrado una gota en la boca y sabe a podrido.

Izzy, Izzy, Izzy. Era la más bajita del grupo; tenía el pelo corto rubio con pequeñas mechas naturales más oscura y estaba lo que venía siendo bastante loca. Nunca te atrevas a hacer una apuesta con Isabelle Swart porque, chicos, perderéis siempre. Las chicas lo comprobaron cuando en un concierto consiguió evitar a los guardias, las fans de primera fila y subirse al escenario como si fuese una más de la banda porque Zoe le dijo que nunca estaría en el centro de los focos. No tenía vergüenza alguna.

TOP SECRET! © [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora