Seis 

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-A ese viejo cuarentón se le ha jodido un tornillo de la cabeza -se quejó Keaton murmurando para él-. Y de los importantes.

Iba caminando por la calle, en dirección al edificio donde se suponía que tenia que encontrarse con las chicas. Lo había echado a suertes con Stan, y desafortunadamente había perdido.

Solo esperaba que aquellas tres dijeran que no, o directamente que no se presentasen al encuentro. Llevaba todo el día dándole vueltas al asunto desde que Jack se lo había dicho, y solo podía sacar conclusiones negativas.

Tampoco es que necesitasen más personal, y mucho menos tres chicas que no tenían ni puñetera idea de nada. Enseñarles todo lo que tenían que saber iba a ser como enseñarle a alguien a montar en bicicleta.

Todo desde cero.

Encima seguramente tendrían las hormonas por los aires, lo que no ayudaría para nada. Solo lo haría todo más complicado.

Vale, tanto como Keaton como Stan estaban en la misma situación, pero no era lo mismo, ellos sabían lo serio que era el trabajo que hacían como veteranos.

Aunque la morenaza alta no estaba nada mal, con esos ojos grises que..., reflexionó, pero en seguida sacudió la cabeza.

No.

Divisó al trío de chicas en unos amplios escalones, a la entrada del edificio de Ralph White.

Solo le quedaba la esperanza de que dijeran que no.

Se acercó a ellas silenciosamente pero a paso rápido.

Las dos morenas estaban sentadas en las escaleras, muriéndose de risa mirando a la pequeña rubia que estaba de pie. Y cuando el chico estaba lo suficiente cerca como para oírlas supo qué era lo que les causaba tanta risa.

-Por favor ¿os imagináis a los muchachotes espías twerkeando? -preguntó la que estaba de pie-. Sería algo así. -Echó la parte superior del tronco hacia delante y empezó a botar las piernas mientras movía el culo. Las otras dos soltaron carcajadas más fuertes-. Si, si, muévelo, muévelo -canturreó la rubia.

En otras circunstancias, Keaton se habría reído, pero en ese momento simplemente estaba asombrado.

Cada vez SABÍA mejor que aquello no iba a ser fácil.

Carraspeó para que le vieran, y en seguida pararon de reír al darse cuenta de que él estaba allí. La rubia paró de bailar y se giró a mirarle quedando en frente de él, aguantando la risa.

-Todo esto -hizo un círculo con los dedos abarcando a las tres-, ha sido muy bonito, pero he venido aquí para saber si estáis dentro o no, así que rapiditas que mi tiempo es oro.

-Uh uh, Zoe éste se va a llevar bien contigo, que malas pulgas -dijo la que estaba enfrente de Kay.

-¿Eso es que aceptáis? -preguntó con resignación.

-Claramente -contestó la del piercing en la nariz y los tatuajes.

Keaton suspiró.

-En ese caso, soy Keaton Lewis -se presentó-. ¿Quién es Zoe? -La misma que le había contestado antes levantó un dedo-. ¿Y Leah? -La que el chico pensaba que era guapa le contestó.

-Yop.

-¿Que es esto? ¿La escuela primaria?

-Para vosotras, más o menos, Isabelle -contestó Kay, ya que era el único nombre que faltaba.

-Izzy -replicó.

-Como quieras, Isabelle. -Sin saber por qué, el impulso de provocarla llegó a él. Algo le decía que era competitiva, y eso iba a ser divertido.

TOP SECRET! © [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora