You Don't Own Me | BudoxAyano [EN EDICIÓN]

Capítulo 65: La conclusión

"— Masu... Budo, ¿Es verdad lo que dijiste?— cuando me volteé era Ayano.
— ¿Qué cosa?
— ... Que seas el idiota que se enamoró de mi.— dijo con una tristeza en su voz que pretendía ocultar.
— Ah... No lo decía por ti, sino por mi. Yo ya sabía de un principio como iba a terminar todo esto ¿No? No te sientas culpable por esta locura, lamento haberte tratado tan mal la última vez que nos hablamos por cierto, fui muy grosero... En fin, me debo ir. Cuidate, está haciendo mucho frío, supongo que nevara."

Mi corazón había latido tan fuerte con esa conversación que se sentía como una despedida eterna, un sentimiento de tristeza y desesperación ahogaron mi pecho. Luego de haberlo estado pensandolo tanto... Ya sabía lo que debía hacer para dejar de sufrir y vivir mi "felices por siempre"... Tengo tanto pánico ahora que la sangre por mi cuerpo está helada.

Seguí aquello que estaba buscando y logré alcanzarlo, estaba bañada bajo la luz de la luna mientras veía aquello que tanto atesoraba con una expresión de nostalgia en mi rostro y lágrimas queriendo salir para derrumbarme por completo. Comencé a acercarme a lo que tanto amaba mientras esté solo me miraba inseguro y algo temeroso.

— Budo...
— ¿Ayano? ¿Qué haces aquí?
— Es que... Me he dado cuenta de algo que me atormenta tanto. Desde hace un tiempo no puedo dejar de pensar en ti ¿Sabes? En todo estás tú y tu recuerdo, al inicio me molestaba, pero con el tiempo comenzó a sentirse un sentimiento cálido... En todo estabas tú, en el colegio, en mi hogar, en las calles, con Taro, con Mina y Shima, en mi cama, al pasar por la puerta del sótano de mi casa, al comer algo, en todo momento... Y es qué...— me llevé una mano al pecho y mi cara se sentía tan avergonzada que sentía que tenía fiebre por el calor — Te amo mucho Budo Masuta — confesé y al ver su rostro sorprendido comprendí cómo se sentía— pero... Aún así...— mis lágrimas comenzaron a salir y agarré con fuerza el regalo que tenía ocultó detrás mío en mi mano — No soy capaz de dejar a Taro... Es por eso que... He decidido matarte.— finalicé levantanto y revelando el cuchillo ocultó, traté de apuñalarlo pero él logró esquivarlo.
— ¡¿Qué demonios te sucede?! — preguntó exaltado.
— Me he dado cuenta que no he pasado por tanto para llegar a él como para tirar todo a la basura por tu culpa... Es tu culpa Budo.— dije mientras me acercaba a él e intentaba encajarle el cuchillo nuevamente, pero él de una patada me apartó.

Me reincorporé y comenzó a correr, lo empecé a seguir; nieve comenzó a caer del cielo en la noche que definiría y finalizaría todo esto.
Llegó un momento en que me hizo cara y comenzamos una pelea, uno para quitar la vida, otro para conservar la. Puñetazos, patas, esquivadas, rasguños por el arma blanca, era el espectáculo que dábamos en la vacía calle.

— No te entiendo...— comentó mientras esquivaba mis ataques — Me dices que me amas y luego intentas matarme.
— No tengo opción, Budo... Esta es la única manera... En que viviré en paz.— respondía un tanto exhausta.

Nos adentramos a un callejón, él seguía huyendo de mi. Logró "derribarme"  dejándome tendida en el suelo, mi cuchillo se me había caído de las manos cayendo a unos centímetros de mi, pero él sostenía mis muñecas por arriba de mi cabeza mientras se sentaba encima mío para inmovilizar me.

— Se acabó Ayano...— tomaba aliento — Lo qué haces no tiene sentido.

Logré liberar una mano y lo golpeé en la cara bajando su defensa y aprovechando para alcanzar el arma.

— Para mi si.— contesté mientras alcanzaba el arma e intentaba clavarse lo, pero él rodó por el suelo dando como resultado que la hoja del cuchillo chocará contra el cemento del suelo — Si te quedas quieto terminaremos más rápido y no complicaremos las cosas.
— ¡No sueñes que me dejaré matar!