Era hora del almuerzo, me encontraba sola, le había dicho a Budo-kun que no tenía ganas de comer ese día.
Decidí ir a buscar las cintas que faltaban y para mí fortuna las encontré en las esquinas de la plaza central del instituto. «Eso fue fácil» pensé y luego se me ocurrió de que tal vez, podría preguntarle a Info-chan algo acerca de lo sucedido en 1989.
Sonó la campana indicando que era momento de volver a clases. No sé por qué, pero no paraba de sentirme observada desde que salí del salón, era una sensación extraña, me sentía una presa de la paranoia. Me encontraba esperando a la profesora y Mina-chan se me encontraba hablando, apenas si le prestaba un poco de atención, ya que él tenía de conversación iba más con respecto a ella y Sho-kun y de cómo tenía pensado hacerlo caer a mis pies.
— ¿Crees que debería ser un poco más femenina?
— La verdad no sé, siendo femenina no soy buena.— sonreí amable.
— ¿Eh? Pero si eres bonita, si eres bonita deberías saber que es ser femenina.
— ¿En serio? La verdad no me esfuerzo mucho en ese aspecto.
— Ya veo... Igualmente Budo-sensei anda muy rendido a tus pies.— reía ella.
— Claro que no, solo somos amigos.— respondí cortés.En eso el chico de primer año con el que anda Hanako se me apareció tímido.
— Aishi-senpai.
— Oh, hola.
— Quería agradecerte por toda tu ayuda durante la semana, pensaba confesarme mañana por la tarde en el cerezo.
— ¿En serio? ¡Fantastico! Seguro que ella aceptará.— la verdad no sé para qué me cuenta estás cosas que no me interesan en lo más mínimo.
— Si... Gracias otra vez, senpai.El chico se retiró y Mina se me quedó con cara de querer una explicación a toda esa escena.
— ¿Qué fue todo eso?— preguntó ella.
— Es un chico de primero que estoy ayudando para que Hanako Yamada se enamore de él, igualmente creo que él solo lo logró por su cuenta, yo no interferi en casi nada.
— ¿En serio? Eres muy amable Yan-chan.— me alago, si supiera la verdad...La profesora entró y la clase comenzó.
El día había transcurrido con normalidad, y salí del instituto luego de acabar con las actividades del club.
Al día siguiente al rededor de las 4:00 p.m, me encontraba caminando por los pasillos del instituto esperando a que llegara el momento de ir a las actividades del club. El sentimiento de volver a ser perseguida había vuelto, pero no le presté atención alguna.
Me encontraba en el primer piso, caminando por el pasillo del salón de costura, era un ambiente sereno, pero estresante por alguna razón. Parecía una loca observando cada rincón de mi entorno con el cuchillo bajo mi falda rozando con mi mano por una paranoia mía. A lo lejos pude ver a una chica, tenía el pelo negro, corto y lacio, de tez muy blanca, su cabello cubría uno de sus ojos y el otro dejaba ver un fuerte color rojo vibrante, como el de un rubí, pero vacío e inexpresivo, carente de belleza, vestía un uniforme negro con bordes rojos y al igual que la corbata y usaba guantes negros. Nunca antes había visto a esa chica antes por el instituto, y sé que no suelo ser de esas personas que conoce a todo el mundo, pero si he visto al alumnado caminando al menos una vez en mi camino.
«Será una alumna nueva, o una de transferencia» vino a mi mente la idea. Estaba a tan solo un metro de pasar a su lado, la miré y ella me miró a mi, seria, fría y cortante; le devolví el gesto. Cuando pase al lado suyo rápidamente trató de atacarme con un cuchillo, yo justo saqué el mío provocando que ambas hojas de metal chocarán violentamente y haciendo fuerza logré desviarla de mi.
— ¡¿Pero que demon...— no terminé de decir me frase por que rápidamente se lanzó nuevamente a mi, tratando de clavar su cuchillo en mi corazón, pero lo esquivé y logré darle un codazo en la espalda, permitiendo mi huída.
Corrí lo suficiente como para alejarme de ella, pero ella caminaba a mi rápidamente, al borde de correr, serena mientras se arreglaba un poco el cabello y no perdía su vista de mi. Sabía que no podría quitarla de mi encima huyendo, así que decidí que lo mejor sería enfrentarla cara a cara.
Me puse en posición para atacar y ella pareció sorprenderse por el hecho de que no corriera a esconderme.
— Vamos... Ven a mi estúpida.— dije confiada y ella vino a mi, tratando de darme en un costado pero nuevamente logré esquivarla.
Traté de atacar con mi arma para encajarlo en el cuello pero ella logró agallarse como si de una partida de limbo se tratará y en un rápido con sus piernas moviento agachándose, pateó las mías provocando que cayera, se lanzó a mi encima y comenzamos a forcejear, la punta de su cuchillo apuntaba a mi frente, pero con mi mano libre le di un puñetazo en la cara haciendo que aflojara su brazo con el arma. Lo aparté y traté de safar rodando, pero ella en un rápido acto de enterrar el arma blanca terminó rasgando mi brazo.Me levanté, mi brazo sangraba la herida no era tan profunda pero si larga, no me quejé y fui hacia ella logrando solamente rasgarle el rostro con el cuchillo haciendo una pequeña cicatriz en su mejilla izquierda.
¿Quién demonios es esta chica y por que me ataca?
Aproveche que mi lugar para subir rápido al segundo piso y perderla de vista mientras trataba de idear algo para acabarla, pero duro poco la tranquilidad, ella me había encontrado nuevamente y ahora habíamos comenzado una pelea con los cuchillos, como si de un duelo de esgrima se tratara.Al intentar no recibir una acuchillada la hoja de su arma había rasgado un tanto profunda mi costado izquierdo, dolió un poco, pero logré hacer que ella perdiera el equilibrio y cayera; quedando encima de ella empecé a darle puñetazos en la cara una y otra y otra y otra vez. Pero ella me encajó el cuchillo cerca de las costillas derechas y le sacó de encima como si de un saco de carne se tratara, no me iba a rendir ahí y luego de una pelea mano a mano pude hacer que se distrayera sacándole el arma de las manos y devolviendole el favor de la acuchillada, pero ella no se inmutó.
Salí corriendo al tercer piso y logré esconderme entre una tabla y cajas, saqué mi celular y ví la hora, eran las 5:19 p.m; ya llevábamos un buen rato peleando.
Ella me encontró y escapé de ahí y volvimos a la pelea de las "espadas" era un poco difícil seguirle el ritmo si recibir uno que otro rasguño, pero al parecer a ella también se le complicaba seguirme.
Terminamos subiendo a la terraza, que por suerte estaba vacía, comencé a quedarme un poco agotada y adolorida por todo esto.
Logré darle una patada en las costillas y la seguí pateando consecutivas veces hasta que logró levantarse nuevamente y seguimos con la pelea a arma blanca.Mi cuerpo ya casi estaba en su límite, pero no podía ceder a alguien como ella.
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You Don't Own Me | BudoxAyano [EN EDICIÓN]
De Todo"El amor no tiene límites" Esa frase ya conocida por las películas, libros, o incluso por un amigo enamorado. ¿Pero qué tan literal te puedes tomar esas palabras? ¿Llegarías a engañar a todos solo por él o ella? ¿Llegarías a dañar a quienes se inter...