II.

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Esta mina un día fue a la casa, a ver a mi papá, te pillamos po' comadre, creo que le estaba preguntando por mi, o que se yo, pero me sentí importante, porque había ido a verme a mi, ah kzi.

—Como casi la mayoría de alumnos quedó repitiendo el año pasado, ¿llegaron compañeros nuevos?– preguntó la ahueona.

—Si profe– dijo un hueón x.

—Ya... a ver... Nicolás Orellana y... Nicol Sepúlveda, pasen hacía delante– no me huei que tengo que presentarme en frente de estos conchesumadres– adelante.

—Hola, me llamo Nicolás, vengo de Conti, y eso.

—Ya, excelente, ve a tu puesto, ya Nicol, presentate.

—Sabe que señora, encuentro que esta hueá de presentarse no sirve de nada, porque sé que no voy a hablar con alguno de estos hueones, así que me voy a mi puesto, permiso– dije y me miró con el medio caracho, demás que se enojó. 

—UHHH– se escucharon los típicos carboneros del curso.

—Nicol, espereme afuera– dijo, y yo me quedé en mi puesto, que voy a andar siendo perkin de una mina que ni conozco– señorita Nicol, no repito dos veces, salga de la sala, ¡AHORA!

—No repito dos veces, lo hizo igual, voy solamente porque quiero, no porque alguien como usted me obligue– me paré y salí de la sala, esperé a la vieja hueona y salió.

—Así que tu eri la hija de la Tonka, mich, pensé que estabas muerta, igual que tu mamá, mi niña, piense que la vida de su papito está en riesgo... en cualquier momento, o cualquier día de estos puede estar en la morgue, así que niñita, es mejor que me obedezcas o si no, vas a quedar huerfanita, anda a la baño, y vuelves– ¿me está amenazando esta vieja culia?.

—Señora, señorita, la hueá que sea, por viejas como usted y gente culiá como usted, el mundo está así, es un asco de persona, por eso mi papá la pateo, no le tengo miedo a sus amenazas, usted misma se está hundiendo en su propio juego, no hagas lo que no te gustaría que te hicieran, aprenda señora– entré a la sala, que iba a andar yendo al baño, que vaya a laar.

(...)

Luego de que terminara el día de mierda, me fui a la plaza, y fui a comprarme un helado, porque tenía hambre, me fui todo el camino a mi casa escuchando música, mientras me iba tranquilamente, olí un olor que se me hacía conocido, olor a mierda de perro, por la chucha, me miré el zapato y efectivamente, había pisado mierda de perro, puta la hueá, por donde iba no había pasto, así que arrastré el zapato todo el camino para no llegar hedionda a la casa, iba casi llegando a la casa y veo pasto, fui corriendo y puse el pie, lo moví y lo moví, hasta que salió toda la caca, después de eso me fui tranquila, sin ningún atado.

La mina de lentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora