XIV.

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-Hola- me saludó de un beso en la mejilla.

-Hola po'- dije y me senté.

-Cuenta, tengo bastante rato- dijo y me sonrió, linda sonrisa cabro culiao.

Y ahí le comencé a contar toda la historia, el porque le pegue y porque me amenazaron.

(...)

-No sé si cachaste que ellas andaban con una loquita de lentes... - la pensé y si, cuando la primera mina que me amenazó, al lado de ella, había una mina de lentes.

-Si, si la cache, pero, ¿qué tiene que ver ella con esto?- le pregunte.

-El año pasado ella estaba en octavo y yo en primero, obvio- soltó una risa corta- la cosa es que con ella tuvimos algo, o sea, a ver, fuimos como andantes por decirlo así, puta, lo fome fue que ella se enamoró de mi y yo no de ella, entonces creo que sigue enganchada de mi, y las amigas le hacen atados a las minas con las que me ven si están a su alcance- mmh, ahueonas po'.

-Bien enfermas esas minas.

-Oye y que onda, ¿que te dijo tú viejo?- me dijo ubicándose frente a mi.

-Lo normal, lo que haría un papá si sabe que su hija le pegó a una mina po'- me reí y el estaba serio- me reto, pero no brígido así a tal de gritarme y pegarme, o sea, me grito, pero onda, no me pegó, mi viejo no es así.

-Ah bueno, ¿y ahora cachó que saliste?- preguntó.

-No, o sea, en realidad no sé, pero me da lo mismo, no salí a un lugar apartado de mi casa- dije y el asintió, se puso los cascos en el cuello y subió el volumen de la musica, a tal de que yo también escuchara.

-Esta canción la canté en primero y me saqué un siete- salio Eligiendo una reina de los Chancho en piedra.

-Ah bacán, yo todavía no sé que cantar- le dije y me puse a reír.

Me tomó la mano derecha y me empezó a hacer cariño con su mano izquierda, se acercó más a mi, a tal de que nuestras caras estuvieran a centímetros, se a donde iba esto, como estaba sentada en forma de indio en la banca, el me tomó de la cintura y se acercó a mi boca, sonrió y me dio un piquito, lo miré seria.

-Oye, has el trabajo completo- le dije y agarró confianza, y me dio un beso, y lo peor que hizo fue meter la lengua al tiro- sabi, ese era mi primer beso- me miró sorprendido.

-¿En serio?- asentí y me dio un piquito- este es el segundo- me dio otro piquito- este el tercero- y me sonrió, que es tierno, pero que lamentable que solo seamos amigos.

-Si, en serio.

-Puta, que fome que no haya sido el primero mío- dijo rascándose la nuca.

-Tranqui, está bien.

La mina de lentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora