VII.

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Narra Max.

Me despedí de la mina del paradero, igual es linda, pero a mi me gusta la Daniela, no puede haber otra mina.

Iba entrando al ascensor y me llegó un mensaje a Whatsapp.

DaniHermosa*-*
Oye, oye! 
19:47 

Que pasa preciosura? :3
19:48

Tenemos que hablar, bueno, tengo
que decirte algo:/
19:48

Ya, bueno, pero onda, es bueno o malo? :c
19:49

Puchi, no se si sea malo o bueno, pero te lo digo por aquí mejor...
19:50

Ya, es que... Hablé con mi mamá sobre nosotros y me dijo que ella no me quería ver pololeando, porque con mi último ex, sufrí, y ella pucha, no quiere que me vuelva a pasar eso, y no sé, quería decírtelo 😞
19:54

Oh, bueno,no me lo esperaba...
19:55

Tranqui mi flaca, hasta ahora, presentame a tu mamá como amigos, vamos de a poco, luego hablo con ella, y le digo que conmigo no tiene que temer, no nos compliquemos por eso tan pequeño ahora mi flaquita linda❤
19:57

Vamos de a poquito, te quiero mucho mi negrita😍
19:58

Gracias Max! No pensé que me dirías eso, estoy más tranquila:)
19:59

Hablamos cuando llegue a mi casa, adiós linda.
20:00

Bueno, cuidate por ahí:)
20:00

Esta mina es re linda, me tiene loco, bajé por el ascensor, y llegue abajo, salí del tipo condominio y me dirigí a mi casa.

(...)

—Llegué vieja– grité cuando entré a mi casa, por si había alguien.

—Hola hijo, ¿donde estabas?– salió mi. Vieja de la cocina con un paño en las manos.

—En la casa de una amiga, ¿Y el Seba?– le pregunté por mi hermano chico.

—Donde una amiga, ¿no será esa tal Daniela? Y tu hermano está jugando play en tu pieza– dijo riéndose.

—No no no, donde una que conocí hace unos días, bueno, voy donde el Seba.

—Ya, dile que deje de jugar que vamos a tomar once ya– dijo mi vieja volviendo a la cocina.

—Le digo.

Fui a mi pieza y estaba el Seba sentado s los pies de la cama mirando la tele, mientras jugaba el GTA 5.

—Wena po' cabro chico– me tiré encima de el, y le interrumpí el juego.

—No po' Maxi, no vei' que toi' en una partida online– dijo empujandome, este cabro chico, para tener siete años, tiene fuerza.

—Ya pendejo chico, vamos a tomar once– le dije tirándole despacio el pelo.

—Estoy jugando.

—Ya po' hueón, suelta esa hueá y ven a tomar once– le grite, me carga que se ponga así.

—Ya voy oh– dijo y se paró, apague la tele y salimos de la pieza.

La mina de lentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora