IGNITER. The prince's version (Skaði)

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— ¿Acaso he interrumpido tu descanso, Harold? –preguntó Benjamin un poco burlista y yo no pude evitar pasar una mano cansada por mi rostro para confirmar sus sospechas.

— No, solamente estaba... pensando un momento –mentí estúpidamente.

— Oh bueno, vine para escoltarte al comedor para el almuerzo. ¿Vendrás?

— Por supuesto que sí –cepillé mi cabello hacia atrás y ajuste mi coleta antes de salir de la habitación junto a Benjamin.

De sólo recordar la primera vez que mi padre me hizo conocer la gran profecía no he vuelto a dormir plácidamente, y ahora de sólo recordarlo siento un leve escalofrío recorrer mi espina dorsal. Todo depende de ambos y ni siquiera podemos comenzar a llevarnos bien. Siento que el tiempo se agota y lo estamos perdiendo. No dejó de implorarle a los dioses por su ayuda, me estoy quedando sin opciones y esperanzas.

La frase "Su propia alma no le pertenece" retumba en mi cabeza y pienso que se refiere a ella. ¿Acaso es eso a lo que el Rey Reagan se refería? Que Colder posee un alma arena en su interior... Harold te estás alejando mucho de lo que es posible y real, suena demasiado fantasioso aún que...

— Qué opinas –dijo y yo sacudí un poco la cabeza para volver a la realidad. Benjamin estuvo hablándome durante todo el trayecto y yo no le he prestado atención ni a una palabra.

— Sí, claro.

No tengo idea de qué.

— ¿Sigues dormido Príncipe? Te comenté que mi hermana finalmente asistirá al almuerzo. Si las mujeres de por sí son muy complicadas, ella es peor que eso. Es un dolor punzante en el trasero –hice una mueca extrañada de oír ese termino de su parte pero admito que me causó algo de gracia su comparación.

_ Dímelo a mi, crecí con una hermana mayor, y a pesar de haber sido más tranquila que las de su edad era bastante molesta. Supongo que la Princesa Colder jamás me va a aburrir.

— Eso puedes apostarlo, amigo mío –me dio una leve palmada sobre mi hombro y entramos al gran comedor donde el pequeño Dorian charlaba bastante animado con sus padres. Todos parecen estar de un mejor humor ahora y eso eleva un poco más mi autoestima...

— Y entonces de un sólo movimiento acabó con todos ellos –elevó los brazos al aire abriendo sus ojos grandes para agregarle emoción a su historia.

— ¿Acaso estás relatando mi historia de vida hermanito? –bromeó su hermano mayor.

— Lo único heroico que has hecho en tú vida fue devolverle su pañuelo a Katherine cuando éste voló en el paseo que daban por la costa, de ahí eres más inútil que un pico de hielo solido –expresó el pequeño y no puedo evitar sentirme identificado con él. Es impresionantemente raso y audaz.

— Dorian cariño, no digas eso –lo reprendió la Reina.

— Si ser un caballero es igual a ser un héroe, yo soy el mejor –volvió a comentar Benjamin con el fin de hacerlo hablar.

— Tú no eres un caballero, eres un caballo –rió malvado y sus padres negaron con la cabeza para evitar reír.

— Búrlate si quieres enano, pero yo soy mayor que tú y puedo hacer mejores cosas.