Reencontremonos

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Te soñé hace tiempo...

En mi habitación mientras la lluvia caía y los árboles recibían la imparable brisa. Relámpagos iluminando la soledad que me dejaste cuando te marchaste, mientras me removía entre las sábanas y esperaba a que el frío se escapase de mi alma.

Te abracé tan fuerte y sin querer apartarte, sollozando imparable en tu hombro y disfrutando de tus cálidos brazos. Y Desee que ese sueño nunca terminara, porque quería quedarme ahí contigo, congelar el instante en donde podía verte vivo, en que podía ver tu amable rostro sonriente y devolverte aquel gesto con un suave beso que tu mismo paraste.

«No puedes hacer eso» Me susurraste, diciendo que tan solo era un sueño, solo eso.

Volvía a despertar abandonado, regresando en medio de la noche, buscando en alguna parte del oscuro bosque un indicio que gritara que no había sido un sueño, pero nada, solo mi amarga realidad, iluminando como la luna cada centímetro de mi existencia. Y al igual que esta, el sol naciente me ofrecía nuevas esperanzas de que tarde o temprano regresarías a casa.

Convertí la monotonía en mi principal pasatiempo, llorando en secreto por algo de lo que no estaba seguro, la agonía escondiéndose de mi vida cotidiana. Cada lugar, cada persona me recordaba lo que jamás volvería, de esa forma me torturaba a mi mismo, cada mañana antes de salir al trabajo y cada noche esperando soñarte.

Me alejé de la abandonada investigación, amenazando inútilmente, esperando a que alguien comprendiera porque me sentía tan mal, porque no conseguiría aceptar jamás que te habías ido, que nunca te hallarían, que probablemente tu cuerpo quedaría sepultado en el tiempo, que lo único seguro es que tendría que llorarle a una tumba vacía y tal vez ni eso podría pues tus hermanos por seguro me impedirían acercarme a aquella lapida sin sentido alguno.

Podrías estar feliz por mi... Se que lo estarías...

Toque el piano como solía hacerlo, imaginando que estabas escuchándolo, que disfrutabas como solías hacerlo, incluso me ilusioné con que el sonido de las teclas seguro te devolverían a mi.

Izumi fue la única que apareció y me acompañó, elogiándome, sintiéndose feliz por mi, porque de nuevo comenzaba a hacer lo que en el pasado solía. Del mismo modo el resto se sintió aliviado de verme recuperar la sonrisa que había perdido, mientras en mi interior empezaba a odiarme por ser feliz.

Yo no tenía el derecho de serlo, no después de todo lo que te había hecho, la mierda en la que te convertí y que sin remedio concluyó con un cruel final.

Para cuando mis sueños regresaron, solo podían mostrarme lo inhumano que era contigo, lo injusto que me portaba, y las veces en que me suplicabas que parase de lastimarte. Pero tu seguías ahí, a mi lado, tratando de ayudarme, aun conociendo el peor lado de mi.

Entonces llegó el día en que no soportaste y huiste.

¿Por qué solo pensaba en eso?

¿Por qué no podía imaginar los momentos en los que éramos felices?

¿Por qué solo me llenaba la cabeza de imágenes crueles?

Tal vez nunca hubo momentos ni medianamente memorables, tal vez solo continuaba engañándome y repitiéndome que alguna vez fuiste feliz a mi lado.

El poco tiempo que estuvimos separados me prometí, te prometí que cambiaría y me creíste, me dejaste volver a amarte.

Entonces cuando todo parecía marchar bien, desapareciste. Nadie, absolutamente nadie sabía algo de ti y me pregunté si quizá lo habías hecho porque querías alejarte de mi. Pero no...

Sen no Katachi 「Dazatsu」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora