Por el buen Destino

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El niño se acercó, tímido y extendió frente a Dazai un ramo formado por tres grandes lirios blancos, cortados cuidadosamente para que las raíces siguieran intactas. Al hombre lo tomó desprevenido un momento, tanto que no supo que decir para recibir el presente con propiedad, pero luego de unos minutos, se hincó y sonrió extendiendo su mano para que el niño le entregara el ramo. Revolvió los cabellos blancos y prestó atención a las vendas que el niño traía alrededor del cuello.

—Gracias, Atsushi —murmuró finalmente, no porque hiciera falta, pero él sabía, al niño le asustaba que las voces de los demás fueran muy "altas".

Los labios del niño se curvearon en un intento de sonrisa. 

Aunque a Dazai le pareció un fracaso total no dijo nada, después de todo no es que pudiera exigirle algo más que eso al pequeño. Él ya sospechaba que ese niño no podría hablar durante mucho tiempo, pero apenas esa mañana en particular, un médico les había confirmado que en realidad la situación de Atsushi sería permanente. Así que comprendía que el gesto era su forma de agradecer los cuidados que había tenido con él.

"No me agradezcas" intentó formular, pero unos segundos de meditación le devolvieron sensatez perdida y lo enderezaron de nuevo. Ya erguido, suspiró profundamente, observando desde el puente, el torii que se imponía frente al templo. Desde su corazón deseó no tener que volver a ver a ese niño. Rió. Bien sabía que la suplica solo eran palabras vacías en el viento, pero aún así no podía evitar arrepentirse de haber salvado a esa pequeña cría de tigre hacía dos meses.

Y cada día que pasaba, más le remordía el lado bondadoso, que no sabía que le quedaba, para desaparecer al niño en algún lugar del bosque. Así, mientras Atsushi se perdía en las montañas él podría excusarse frente a los ancianos, abogando por su impertinente irresponsabilidad de perder a criatura tan especial como lo era la encarnación del Oeste. Luego soportaría todas las reprimendas que le caerían, ocultas detrás los audaces discursos que siempre se les daba:

—Por el bien mayor de una harmonía eterna y para mantener la apacible presencia del dragón en los cielos...

—Yo me haré cargo de ese niño —había dicho, firme y recto ante la decisión de los sacerdotes.

Dazai bajó la vista de nuevo hacia Atsushi, que mantenía una mirada curiosa en lo que fuese que estuviera pensando. Ah ¡Pero que terrible destino le esperaba! Y aún así le sonrió de nuevo, agarró su manita y los condujo lejos del puente.

Ese día en que la piedad tomara más control de él, ese día lo salvaría. Pero Dazai sabe que eso no sucederá en mucho tiempo. Y mientras tanto, lo seguirá llevando adentro del templo y fingirá que hace lo mejor por ese niño.



















🍃

Así es, de nuevo yo.

Ah... No suena como un saludo pero lo es. Espero que este míni relato los haya entretenido un poquito ^^

Hace mucho que quería escribir algo que mostrara a Dazai y Atsushi con tanta diferencia de edad, pero simplemente no podía hacerlo. Quería darles una historia bonita, que no retuviera todas las terribles cosas que suceden en mi cabeza cada que escribo lo que sea (cuándo de niños se trata; cómo habrán notado los pocos que hayan leído "Si pudiera" ).
Algo especial ocurre con ellos dos porque si que puedo imaginar su desdicha de adultos, pero de esta forma... Sólo deseo llevarlos por un buen camino, aunque tengan que atravesar crueles momentos en el proceso.

Deberá sonar aburrido, incluso tremendamente innecesario, pero de verdad quería expresar un poco lo que me ocurre con este par.


🍸Fin de la aburrida biblia, pueden continuar con su programación habitual~

Sen no Katachi 「Dazatsu」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora