It Was Always You

Capítulo 28

-Suéltala Talia- La voz Alfa de Bruce resonó con un gruñido en el silencio que siguió al  verlo llegar. Sus ojos recorrieron por un instante el lugar, su fino olfato pudo detectar el aroma de los Omegas atados y asustados por la pelea que se llevaba a cabo ante ellos, instintivamente se habían mantenido callados replegándose entre sí, tratando de darse calor y apoyo mutuo.

Robin, quien había sido acorralada por aquel pequeño asesino, retrocedió  aprovechando la conmoción para alejarse del alcance de la espada.

Batwoman casi sonrió al verlo llegar, “siempre apareciendo en el último minuto” pensó, mordiéndose los labios por el dolor que la otra le causaba. No estaba feliz de encontrarse en aquella posición vulnerable con la Alfa sobre ella a punto de romperle las ligaduras del brazo.

La sintió removerse en su espalda, ansiosa al ver llegar al Caballero de la Noche y, con aquella distancia tan estrecha entre ambas, pudo percibir, el aroma de su saliva, la excitación creciendo dentro de ella al ver llegar a su objetivo.

-Batman… -susurró y sólo Katherine pudo distinguir el deseo en aquella simple palabra - ¿Qué importa esta mujer? – le preguntó jaloneándole el cabello pelirrojo -Sólo es una copia ¿o acaso ella significa algo para ti?- le preguntó con ira trasluciéndose en su voz, apretando el agarre sobre Batwoman en un arranque de celos, haciéndola resollar de dolor.

Talia se inclinó sobre la pelirroja, olfateó su nuca con una profunda inspiración identificando su aroma de Alfa de primer nivel,  una esencia exótica y pesada, ligeramente salada como el aroma al mar. –Ella es un Alfa de primer nivel, pensé que no te interesaban, que sólo estaban a tu altura los Omegas para ser tus acompañantes – le dijo molesta y herida en su orgullo, resaltando la última palabra y dándole aquel énfasis sexual.

-No tengo porqué darte explicaciones, pero Batwoman es mi compañera, no mi amante, si la dañas a ella o a Robin responderás ante mí y mi odio- su voz salió fría y tajante. No iba a perder a un compañero por las obsesiones de una loca Alfa, una especialmente fuerte y peligrosa.

Los ojos verdes de Talia le miraron muy fijamente reconsiderando sus palabras, para al final soltarla.

-Está bien, de cualquier manera era a ti a quien buscaba – dijo quitándose de encima de la otra Alfa, quien aprovechó la oportunidad para alejarse y adoptar una posición defensiva, pese a su brazo lastimado. Stephanie también retrocedió, reagrupándose en torno a Batman.

El niño bajó su espada y se colocó a las faldas de su madre con gesto ceñudo.

-Talia, no esperaba que estuvieras de regreso ¿Eres tú quien ha estado introduciendo armas a Ciudad Gótica?-le preguntó directamente, aunque las cajas con armas y piezas a medio ensamblar  hablaban por sí solas.

-No en realidad, esta sólo fue una trampa para atraerte a ti- le dijo con una sonrisa, complacida de que su plan diera frutos –No me interesa el armamento, la familia Al Ghul tiene otros problemas, de eso he venido a hablarte –le dijo colocando su mano sobre el hombro del pequeño.

-Vamos a un lugar más tranquilo-le dijo dando media vuelta para regresar por el lugar de donde había salido.

Batwoman y Batman intercambiaron una mirada, la mujer se quedó con Robin a desinstalar el lugar, confiscar las armas y dar aviso a la policía, James Gordon estaría feliz.

Siguiendo a Talia llegaron hasta una amplia sala de aquella mansión, los ruidos de la fiesta estaban amortiguados por las paredes, Bruce no dudaba que en cuanto la policía llegara comenzaría un alboroto.

Talia le sonrió y se acercó a Bruce, era muy alta, casi tanto como él, con un hermoso cuerpo de sirena. Aquella característica era común en las mujeres Alfa, ser altas y voluptuosas con grandes pechos y torneadas caderas, por eso era que casi todas las heroínas, quienes eran en su mayoría Alfas, tuvieran esos cuerpos y sus trajes llamaran tanto la atención, era un instinto casi primario lucir sus formas para atraer Omegas.