Capitulo 26

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Amanda Waller era una mujer peligrosa en muchos sentidos, quizá fuera humana, pero estaba mejor posicionada que el mismísimo Presidente de los Estados Unidos. Por sus manos pasaban todo tipo de asuntos: drogas, tráfico de blancas, cabezas de misiles, superhéroes y villanos.

Su más reciente logro era el Proyecto Cadmus, ella misma lo había fundado con tecnología alienígena y fondos del Gobierno.

Su plan era ambicioso, tener su propio equipo de superhéroes, pero no era la única que había fijado sus ojos en los Dioses que atravesaban el cielo y el mar salvando vidas en todos los puntos del globo.

El Proyecto Cadmus había reunido no sólo miembros de la política, traficantes y empresarios, también participaban los villanos. Parecía que cualquiera con una obsesión por los héroes podía satisfacer su deseo gracias al proyecto.

Frunció la boca al escuchar el taconeo incesante que se aproximaba al despacho donde aguardaba. La puerta se abrió revelando la figura femenina de Mercy Graves, la hermosa secretaria, guardaespaldas y chofer del mismísimo Lex Luthor.

Mercy esperó con la puerta abierta y, se quedó custodiando, después de que Luthor apareciera con aquella sonrisa malévola en su rostro, tomando asiento frente a Amanda.

-¿Nunca sales sin ella?-le preguntó escuetamente a modo de saludo, fijando sus ojos en el androide. Pocos sabían que lo era, de última tecnología, con armamento pesado y un software de inteligencia artificial que le daba su propia personalidad.

-Es muy útil en muchas tareas -le aseguró Luthor, dándole una mirada de reojo a la chica que se mantenía impasible.

Amanda fijó su dura mirada en ella, aparentaba ser un Alfa de primer nivel, pero sólo por un aromatizante que se impregnaba a su piel casi humana, desarrollada con silicona que le daba ese aspecto juvenil. Su estructura era una aleación de metal y, todo en conjunto, la volvía un arma peligrosa y sofisticada.

Ella fue parte del inicio de Cadmus, la creación de robots que pelearan en lugar de humanos, enviarlos por montones a la guerra, así surgió el Proyecto Metallo.

Amanda regresó su mirada a Luthor, no la engañaba su aspecto, sabía que era una persona sumamente inteligente, así que dudaba que aquella reunión no tuviera dobles intenciones.

-¿Qué es lo que necesitas Luthor? ¿A qué has venido? Tu candidatura no está siendo muy popular últimamente, ¿aún así pretendes que te apoye para la presidencia del país?- la mujer no era una persona de palabra fácil, pero quería llegar al punto lo más pronto posible.

Era un Beta de bajo nivel, cualquiera pensaría que no estaba en su naturaleza ser fría y despiadada, pero estarían equivocados. La suya había sido una carrera labrada con esfuerzos y llena de obstáculos, no había llegado tan lejos dejando que la gente la etiquetara por su naturaleza.

-Las políticas anti-héroes no agradan a todos, pero con el impulso adecuado funcionarán- le aseguró el multimillonario.

-Con Superman rondando Metrópolis dudo que alguna vez pueda progresar- le respondió descartando su comentario.

-La gente piensa que Superman es un Dios y es invencible, confían por completo su seguridad en él, cuando sepan que su héroe no es más que un indefenso Omega las cosas van a cambiar para mí, dentro de sus corazones habita el miedo. ¿Qué pasará si cae del cielo otro Doomsday? Otro villano que pueda destruir a Superman-

-Entonces planeas emboscarlo, ¿fue por ello que me llamaste?- inquirió la Beta frunciendo el entrecejo, pero aquello era cierto. El mismo razonamiento había mermado las mentes de sus inversores.

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