Capítulo 14. ¿Separación?

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Fui a darme un baño para tratar de calmarme, no quería recibir a Andrew toda enojada, cuando bajé ya no había nadie.

Sonó el timbre y al abrir la puerta me encontré con unos ojos verdes que me alegraban completamente.

—Hola, Andrew, pasa. —Me hago aun lado y cuando está a un lado de mí me besa la mejilla—. Bruno no comerá con nosotros.

—¿Por qué? Tenía tantas ganas de verlo nuevamente. —Cerré la puerta.

—No sé qué le pasa, desde ayer está muy raro.

—A lo mejor tiene algún problema en el trabajo.

—Eso debe ser porque sinceramente me sorprende mucho su comportamiento.

—A menos de que esté... —No termino la oración al saber que yo la terminaría.

—Él no está celoso.

—Pero si siempre se puso celoso cuando se trataba de mí. —Nos sentamos en los sillones de la sala.

—Pero... él me dijo que no era así.

—¿Y tú le crees?

—Pues, aunque fuera verdad, ¿qué puedo hacer yo? Yo no tengo la culpa de que malinterprete todo, me estoy empezando a hartar ¿sabes?

—No puede ser tan malo, sólo está algo... insoportable, pero pensándolo bien, siempre ha sido así. —Rio un poco.

-—Él piensa que soy una cualquiera —dije agachando la cabeza.

—¡Cómo se atreve!

—Cálmate, ya no importa, estoy pensando en cómo puedo librarme de él.

—Pero él no tiene derecho a insultarte.

—Lo sé, pero créeme que voy a hacer todo lo que pueda por sepárame de él. Cuando nos casamos me dijo que si encontraba el verdadero amor de mi vida nos divorciaríamos y soy capaz de hasta inventarme uno con tal de que eso pase.

—¿De verdad quieres eso? ¿Y tu amor por él?

—Es verdad que lo amo, pero también lo es que el no siente nada por mí, no tengo por qué estar aguantándome lo que me diga si él mismo sabe que nuestro matrimonio es falso, me dolerá mucho hacerlo, pero creo que es lo mejor. No sé si Bruno debió estar en mi destino, y no quiero equivocarme, pero ya no quiero sufrir más, créeme que esto es muy difícil de llevar y más si lo hago sola.

—Sabes que estoy dispuesto a ayudarte en todo lo que pueda.

—Gracias, lo sé.

—¿Dijiste inventar al verdadero amor de tu vida?

—Em... si, ¿por qué?

—Tal vez pueda ayudarte con eso. —Guiño su ojo, pero no entendí lo que me quiso decir.

*

—Buenos día, Bruno. —Lo vi recostado en el sillón cuando estaba por prepárame el desayuno antes de irme a trabajar.

—Qué tienen de buenos. —Sonaba de verdad molesto.

—Uy, ¿a alguien le fue mal anoche? —pregunté en tono burlón.

—No quiero hablar de anoche.

—¿Por qué? ¿Te trae recuerdos? —dije sarcástica.

—Los peores.

—Nadie te dijo que te fueras, pero eso que importa ya. Tal vez la hubieras pasado mejor si te hubieras quedado.

—Mejor de qué forma. —Él tapaba con su antebrazo sus ojos, lo más seguro es que tenía una jaqueca horrible, pues las cortinas estaban bajas evitando entrar los rayos del radiante sol que estaba esta mañana, él se lo buscó.

—¿Por qué no levantaste las cortinas? —inquirí mientras me dirigía a ellas para abrirlas. La luz entró con toda su fuerza directo a Bruno y esto sólo gruñó en forma de queja.

—¿Qué haces? —preguntó enojado.

—Dejo que el sol entre, ¿no es obvio?

—Cierra eso.

—No, si tanto quieres oscuridad ve y piérdete en una cueva.

Él no dijo nada.

Preparé mi desayuno y me fui a la oficina sin despedirme de Bruno.

Narra Bruno

Sólo escuche cómo se cerró la puerta y otra vez silencio total. Entiendo que Miriam este molesta por mi actitud, pero ella tiene la culpa, todavía me ve con dolor de cabeza y empieza hablar en voz alta y a abrir las cortinas.

Tomé un baño, unlargo baño, y me dispuse a ir al trabajo. 

¿Esto es lo que quería?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora